"El general Peñalosa ha sido degollado. El hombre ennoblecido por su inagotable patriotismo, fuerte por la santidad de su causa, el Viriato argentino, ante cuyo prestigio se estrellaban las huestes conquistadoras, acababa de ser cosido a puñaladas en su propio lecho, degollado y su cabeza ha sido conducida como prueba de buen desempeño del asesino, al bárbaro Sarmiento". Esta oligarquía se apoya cada vez más no en el país, sino en centros focales y lejanos de poder mundial de los cuales depende su supervivencia. La clase ociosa se sabe foránea en su propia patria. Trata por eso de abolir toda originalidad nacional negando lo colectivo, descastanto a las capas sociales inferiores mediante el sistema educativo.LA BARBARIE DELA OLIGARQUÍAEsta clase, extranjera por su mentalidad, dependen del imperialismo. Sin mediar una guerra civil, ha bombardeado a su propio pueblo y festejando su crimen como otro fasto triunfal de la "civilización" contra la "barbarie".La oligarquía, en esa espesa red de intereses burocráticos, internacionales, no aparece en primer plano. El secreto de su poder es que es un poder secreto. Empapa con él a todo el país. Desde la mentalidad de la maestra rural que enseña a los niños criollos la historia de esa oligarquía que exterminó a sus antepasados, pasando por Bernardo Houssay que acorazado con su Premio Nobel niega a jóvenes argentinos el derecho a recibirse de médicos, hasta el presidente del Banco Central, faraón mudo de una pirámide cuya base es el tambo y su vértice la Constitución de 1853. la oligarquía, por ejemplo, no aparece como tal en la Universidad, sino mediante profesores que depende de ella por sus actividades profesionales (abogados de empresas extranjeras, médicos, etc. – o como colaboradores de sus salas de conferencias distribuidoras de una fama dirigida, no simplemente como burócratas.
No le interesa a la oligarquía que tales profesores se califiquen de "izquierdistas" sino que esas ideas de izquierda den la sensación de liberalidad espiritual. Un profesor, por ejemplo, podrá mentar en abstracto la palabra "imperialismo". Esto le dará aires de librepensador a gusto de los estudiantes pertenecientes en su mayoría a la pequeño burguesía, pero lo que este profesor no hará nunca será hablar del imperialismo británico en Argentina, aunque sí, con algunas frases de Lenin, del imperialismo yanqui en otras partes del mundo.
Lo que los estudiantes no deben olvidar es que sus educadores fueron educados, y el sistema que los modeló fue la oligarquía-
Lo que la clase alta odiaba de Yrigoyen o Perón no era la incultura sino el peligro de la democratización de la cultura. Por eso luego del golpe del ’55 cantaban por las calles: "Con Rojas y Aramburu, el país está seguro".
También su admiración por Sarmiento, el bárbaro culto cuyos consejos conserva vivos en su memoria de clase: "Debe darse muerte a todos los prisioneros y a todos los enemigos" o "Debe manifestarse un brazo de hierro y no tenerse en consideración con nadie". O mejor aún: "Todos los medios son buenos y deben emplearse sin vacilación". Por eso la oligarquía admira a Sarmiento.
Así es que Inglaterra ha protegido su propio comercio de exportación y exigido a las colonias de ultramar trato preferencial para sus productos industriales. De todos los arcos políticos ingleses, han seguido respecto a las colonias, una política invariable. Esta política no se ha fundado en razones éticas. Todos los medios son buenos para favorecer el interés nacional.