Organización, Simpleza, Estabilidad y Perfectibilidad
en el ejercicio de la Democracia Sindical
“No siempre los países han definido con exactitud la democracia que
desean, ni han calificado la democracia en la cual viven.
Hemos aprendido que ocultar el tipo de democracia que se quiere,
constituye la mejor manera de preservar el tipo de democracia
que quieren los demás".
Perón. Modelo Argentino para el Proyecto Nacional.
Pto. 1. Antecedentes históricos
En los párrafos que siguen intentaré
acercar al lector una reflexión que
pone la luz sobre cómo los preceptos
básicos de la “teoría de la organización” formulada por la doctrina justicialista nos
sirven de posible parámetro para entender y
analizar las formas que adquiere el ejercicio
de la democracia sindical en el actual modelo
sindical argentino.
Organización
La organización es la cualidad esencial que
debe poseer la estructura gremial y que posibilita el ejercicio de la conducción del conjunto
hacia el cumplimiento del objetivo y, al mismo
tiempo, permite a sus elementos internos
(afiliados) la elección de aquellos cargos de la
conducción estratégica y de sus estamentos
intermedios desplegados a nivel táctico.
Objetividad
Ahora bien, tomando como
guía la doctrina justicialista, particularmente los
preceptos que emanan de la
obra Conducción Política, para que podamos
afirmar que una estructura está organizada,
deben verificarse ciertas características que
hacen que ese conjunto de partícipes no sean
un amontonamiento de personas y secciones
dispersas. La primera cualidad orgánica es la
“Objetividad”. Ello significa que la estructura
sindical debe perseguir un solo objetivo: la
protección y promoción del trabajador en su
esfera individual, profesional y colectiva. Si no
está claro el objeto, o por defecto, la organización empieza a perseguir el cumplimiento
de otros fines, se corre el riesgo de perderse
de vista el interés primordial y, en algunos
supuestos, se “subjetivizan” las acciones y
fines poniéndose por encima de los bienes
sociales, los intereses parciales y mezquinos
de alguna minoría interna. En este sentido, la
“objetividad” es una garantía de certidumbre
para los afiliados al momento de votar a sus
delegados y representantes principales, dado
que importa la convicción de que el sindicato se
erige como un barco con itinerario claro y buen
puerto de llegada. En otras palabras: a mayor
objetividad, mayor confianza de los afiliados al
momento del sufragio.
Simplicidad
Luego de la objetividad, el otro rasgo orgánico
que interesa comentar aquí es el de la “Simplicidad”. Se entiende por simplicidad toda organización que tiene sus sectores (secretarías,
mesas, comisiones, etc.) funciones, competencias y autoridades ordenadas con claridad, sin
mediaciones o artificios, dispuestos todos para
el cumplimiento directo o indirecto del objetivo
del sindicato. En ese sentido, tampoco favorece a la simplicidad una organización gremial en
donde se superpongan funciones o sectores
inventados “a medida” de alguno de sus miembros. De darse este último supuesto, la falta
de simplicidad impacta de modo negativo en
el afiliado al momento de ejercer su voto, pues
verá candidatos que en los hechos de ser elegidos desplegarán sus funciones “en duplicado”
con el agravante del dispendio de recursos
financieros que dicha distorsión compromete.
Estabilidad y Perfectibilidad
En tercer lugar, hay dos caracteres orgánicos
que se interrelacionan de modo particular y
que impactan de lleno en el ejercicio de la
democracia participativa en el ámbito gremial:
son las cualidades de la “estabilidad” y la
“perfectibilidad”.
La “estabilidad” de una organización está dada
por la coordenada espacio-temporal: el primero
(espacio), si nos figuramos la estructura gremial como una pirámide (conducción, cuadros
auxiliares y base-masa) será el ancho de su
base y el segundo (temporal) la estabilidad
estará dada por la permanencia de líneas de
acción coherentes, asertivas y en cumplimiento
del objetivo primordial a lo largo del tiempo. Un
sindicato que goza de estabilidad orgánica es
aquél que se distingue por su tradición de lucha, modalidad coherente de negociación ante
el conflicto individual o colectivo y diálogo ético
con los otros actores de los sectores públicos y
privados. La estabilidad emerge así como una
consecuencia positiva de la unidad de acción
que se apoya indefectiblemente en una unidad
de concepción.
Por otro lado, aparece la otra
cualidad que se interrelaciona con la estabilidad: se trata
de que la organización pueda
ser “perfectible”. La perfectibilidad es la aptitud que tiene
la asociación gremial de mejorar, corregir y redireccionar
elementos y funcionamientos
internos para que pueda
cumplirse con mayor eficiencia y practicidad el
objetivo orgánico fundacional. Esa perfectibilidad impone el deber de actualización a efectos
de adaptarse a la “evolución” de los tiempos. Es
el rasgo dinámico que permite la supervivencia
de la organización a partir de su adaptación a
los nuevos paradigmas que la realidad impone.
Respecto de estas dos cualidades, Perón entiende que deben darse en una tensión armoniosa y nunca una de ellas de modo absoluto
que traiga como efecto adverso la nulidad de la
otra. Aplica aquí el consejo sabio del General
traído desde el fondo del pensamiento de los
presocráticos: “Todo en su medida y armoniosamente”.
En otras palabras, no resulta conveniente que
una estructura sindical sea tan estable que
se cristalice de modo tal que se transforme
en una entidad autorreferencial y apegada a
tradiciones y formas de acción que generan
lo que vulgarmente se denomina “la burocratización”, la cual podríamos definir como
la legitimación y justificación errónea de los
medios, cargos y procedimientos por encima
de los fines (el gobierno de los instrumentos y
no la subordinación de ellos a los grandes designios). Es allí que el remedio actuante frente
a eso es la “perfectibilidad”, tal como se explica
en el párrafo precedente, pero que tampoco
debe darse de modo absoluto, dado que una
organización gremial que modifica estructuras,
criterios formales y sustantivos en plazos de
corta duración generan inestabilidad, desorientación, desgaste de recursos en objetivos
cambiantes y posible quiebre o fragmentación
del conjunto. Aquí, Perón plantea que dichas
características deben darse de modo relativo,
pues no es conveniente que ninguno de ellos
se absolutice y anule al otro.
Así las cosas, pareciera oportuno y necesario
reflexionar sobre las condiciones de objetividad, simplicidad y, especialmente en esta
tensión armoniosa que debe darse en cuanto
a la gravitación relativa del carácter estable y
perfectible de la organización.
Demoliberalismo y democracia sindical
Dicho análisis en el marco de un proceso
eleccionario, no debe conducir a conclusiones apresuradas. Mucho menos transpolar la
perspectiva demoliberal y sus “sacrosantos”
principios a la vida orgánica de una asociación sindical. Los gremios han transitado sus
propios procesos históricos e institucionales,
cuyos orígenes son previos al advenimiento de
la democracia moderna en Occidente y posiblemente, trasciendan en su existencia a dicho
paradigma. La lógica de representación y vida
democrática interna difieren diametralmente al
escenario de una democracia republicana de
corte liberal. Es allí, donde los partidos políticos nunca encarnan la verdad absoluta de la
Nación, sino que la verdad – siempre relativase encuentra “partida” en la policromía de los
partidos políticos representativos de mayorías y minorías siempre circunstanciales. Por esta razón,
en ese diagrama, se erige
como dogma fundamental
la necesidad de alternancia
en los cargos y la limitación
temporal de los mandatos.
Cuando un gremio en su accionar coherente en el tiempo
y espacio despliega una defensa eficaz de los intereses
del trabajador, su conducción
logra con ello el cumplimiento
de su objetivo primordial. Dicho cumplimiento
es verificado en los hechos cotidianos y el aval
de continuidad está dado por una conducción
que permanece en el “éxito” de su cometido
esencial. La necesidad de alternancia es un
bien relativo subordinado al cumplimiento de la
defensa de los intereses profesionales. Es por
ello también que la mayoría de las decisiones
orgánicas se deciden por consenso, pues dicha
modalidad en la toma de decisiones importa
no perder de vista que la debilidad en el frente
de lucha lleva a la derrota y a la pérdida de
derechos laborales.
El sindicato dista a todas luces ser la Nación
en su conjunto, tanto en su escala como en
sus fines existenciales. Por eso, la conducción
actual de un gremio al someterse, tal como lo
viene haciendo en los hechos, a un proceso
eleccionario ratifica con dicho procedimiento
lo actuado y se compromete a futuro, en el
caso del apoyo cuantitativo de sus afiliados,
a continuar su acción en un nuevo mandato.
La permanente crítica a la supuesta “permanencia” por largos períodos de los secretarios
generales pareciera ser un mal antidemocrático
del movimiento obrero. La opinión pública, fogoneada por parte de la prensa y la Academia,
hacen lo suyo para que la acusación al sindicalismo de ser antidemocrático genere tanto ruido
que haga sordo el debate de fondo y el análisis
que lleve a distinguir los diferentes modos de
sentir y ejercer la democracia. Perón, en el
Modelo Argentino para el Proyecto Nacional
ofrece al país la tesis superadora del liberalismo partidocrático del siglo XIX, incorporando
la categoría, propia del nuevo milenio y la evolución: la construcción de una democracia
social, orgánica y directa. A la luz de este
nuevo paradigma, nunca debatido a fondo y
puesto en común como pidió Perón como acto
de última voluntad política, importa comprender
el ejercicio de la democracia sindical como
un fenómeno propio y particularizado de una
democracia social, orgánica y directa. Ello es
así pues su nota “social” está dada por el objetivo primordial de la entidad gremial que no
es otro que la realización de la Justicia Social
en el ámbito laboral. Su dimensión orgánica se
evidencia en el modo de participación puesto
que la democracia no se ejerce como un voto
atomizado, anónimo y despersonalizado sino
como persona humana en condición de afiliado y perteneciente a una regional o sección
identificada que participa en diferentes niveles
y acciones dentro de la estructura (órganos
paritarios, secretarías, recreación y salud).
Finalmente, es directa dado que por lo general
no hay mediaciones infecundas y cristalizadas
entre el representante y representados. Basta
poner de ejemplo al delegado de base con
quien el trato y conocimiento de su accionar es directo para el resto de los trabajadores a
quien representa sectorialmente.
“Resulta necesario dar publicidad de los actos electivos
que de modo periódico y transparente llevan adelante los
gremios que actualmente integran la CGT, a efectos de
contrarrestar zonceras y picardías de una gran y monocorde
maquinaria comunicacional antisindical, antiobrera y, por
consiguiente, de corte antipopular; por cuanto no persigue
otro interés que la fragmentación y el debilitamiento de la
fuerza del movimiento obrero organizado ante los poderes
globales del capitalismo financiero.”
Por todo ello, resulta necesario dar publicidad
de los actos electivos que de modo periódico
y transparente llevan adelante los gremios que actualmente
integran la
CGT, a efectos de contrarrestar zonceras y picardías
de una gran
y monocorde
maquinaria
comunicacional antisindical, antiobrera
y, por consiguiente, de
corte antipopular; por cuanto no persigue otro
interés que la fragmentación y el debilitamiento
de la fuerza del movimiento obrero organizado ante los poderes globales del capitalismo
financiero.
*Mariano Keena
*
Abogado. Docente. Funcionario judicial en la justicia nacional. Especialista en Derecho Constitucional (UBA) y profesor en
Ciencias Jurídicas (USAL).