El propósito del trabajo a continuación es comprender el pensamiento del político argentino más influyente del siglo XX, quien a cincuenta años de su fallecimiento sigue generando admiración por sus seguidores como odio por parte de sus detractores. Por esta razón, para analizar a Perón nos basaremos en dos conceptos centrales y que se encuentran nítidamente relacionados. En primer lugar, su perspectiva sobre la defensa nacional, que va más allá de lo meramente militar e implica a toda la sociedad en este concepto. El segundo concepto crucial en su ideario, es la importancia de la organización, ya que consideraba que la desorganización de un país era una herramienta que los imperios utilizaban para subyugar a las naciones. Para abordar estos conceptos clave en la visión de Perón, tomaremos la conferencia de la Cátedra de Defensa Nacional, pronunciada el 10 de junio de 1944 en la Universidad Nacional de La Plata.
En 1932, siendo profesor en el Colegio Militar de la Nación, Perón escribe Apuntes de Historia Militar, con el objetivo de sintetizar sus clases de Historia Militar. Lo que posee de particular ese libro es que va más allá del análisis de los grandes generales de la historia y sus batallas libradas, sino que conceptualiza lo que entiende por guerra y para ello cita a dos de sus grandes maestros que son Karl Von Clausewitz, quien afirma que la guerra es la continuación de la política por otros medios y lo define como “un acto de fuerza para obligar al contrario al cumplimiento de nuestra voluntad”1. Posteriormente incorpora el concepto de nación en armas de Colmar von der Goltz.
A partir de la Revolución Francesa la dinámica de las guerras experimentó un cambio significativo al pasar de enfrentamientos entre ejércitos a ser confrontaciones entre pueblos. La guerra dejó de ser una cuestión meramente militar para transformarse en un conflicto social y nacional que impacta a todos los segmentos de la sociedad. El concepto de nación en armas es cuando todos los recursos de una Nación están dirigidos al esfuerzo bélico tal como sucedió en la Primer Guerra Mundial. La concepción más importante en estos cambios es que ahora son los pueblos los que pueden hacer historia y es una concepción que Perón la usara mucho, los pueblos como artífices de su propio destino.
En este contexto, siendo ya ministro de Guerra, Perón fue invitado a inaugurar la Cátedra de Defensa Nacional en la Universidad Nacional de La Plata. Aunque no era una idea nueva, ya que se había planeado su creación previamente, la propuesta fue aprobada por unanimidad por las Comisiones de Enseñanza y de Interpretación y Reglamento del Consejo Superior el 28 de septiembre de 1943. El discurso de Perón marcó el inicio de las actividades de la cátedra, que tuvieron lugar el 10 de junio de 1944, bajo el título "Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar". En su alocución, Perón retoma algunos de los conceptos que había utilizado en sus Apuntes de Historia Militar y los profundiza, dándoles un sentido político, donde se pueden apreciar las cuestiones que lo preocupaban, viendo en primera persona lo que sucedía en la Segunda Guerra Mundial y en la Guerra Civil Española. Es por ello que este discurso se convirtió en un referente de la doctrina militar, ya que permitió compartir conocimientos que hasta entonces estaban reservados exclusivamente para las Fuerzas Armada.
Dirá claramente Perón “no creo equivocarme si expreso que durante mucho tiempo, sólo han sido las instituciones armadas las que han experimentado las inquietudes que se derivan de la defensa nacional de nuestra patria, y han tratado de solucionarlas, creando el mejor instrumento de lucha que han podido. Pero es indispensable, si no queremos vernos abocados a un posible desastre, que todo el resto de la Nación, sin excepción de ninguna especie, se prepare y juegue el rol que, en este sentido, a cada uno le corresponde”2.
En el discurso inaugural de Perón enuncia la palabra Defensa Nacional, pero ¿a qué se refiere cuando habla de Defensa Nacional? Sin dudas, en resumen es “asegurar la grandeza a que nuestra Nación tiene derecho”3. Sin embargo, la magnitud a la que Perón se refiere surge de la total participación de la población, la cual debe involucrarse por completo para alcanzar dicha grandeza. Este planteamiento no se limita a un asunto que sólo las Fuerzas Armadas deben resolver, sino que, en realidad, implica la participación de todos los habitantes de la Nación, haciendo uso de todas sus energías, recursos, industrias, así como de las diversas producciones generadas por el país, tales como el transporte y las comunicaciones. Este concepto de Nación en armas, Perón lo reconfiguró, según las necesidades que tenía el país. Él mismo en su discurso introduce las “características del pueblo”, pensando la noción de la Defensa Nacional en términos más integrales: que contempla los aspectos económico, moral, social, educación, etc. La cuestión “de la defensa nacional no se vincula únicamente a las Fuerzas Armadas, sino que tanto en su planteo como en su resolución participan todos los habitantes”4. Por esa razón, la teoría de guerra que Perón promovía se ve influenciada tanto por la historia nacional como por la teoría alemana, especialmente por las enseñanzas de Colmar Von der Goltz y su concepto de nación en armas, donde se considera que la solución a los problemas del país reside en toda la Nación.
Perón tiene una clara percepción de la problemática de la guerra. A pesar de no considerarla deseable, reconoce los conflictos presentes en Europa y sostiene firmemente la convicción de que la guerra debe ser evitada. Contemplar un mundo sin conflictos sería una quimera, como han reflexionado varios pensadores que, aunque puedan ser tildados de utópicos, abogan por la posibilidad de prevenir la guerra. Perón pensaba que “no resulta posible encontrar una solución ideal al conjunto de problemáticas económicas, sociales, financieras, políticas, etc., que garanticen una paz en todo el globo a lo largo de los tiempo”5.
En este análisis Perón realiza un gran estudio del mundo, donde podemos divisar naciones satisfechas y naciones insatisfechas. Dirá que “las primeras, todo lo poseen y nada necesitan y sus pueblos tienen su felicidad asegurada, en mayor o menor grado. A las segundas, algo les falta para satisfacer sus necesidades: mercados donde colocar sus productos, materias primas que elaborar, substancias alimenticias en cantidad suficiente, un papel político que desempeñar en relación con su potencialidad, etc.”6.
Dentro de esta división en las naciones satisfechas, se estrechan los lazos del pacifismo (descuidando el aspecto de la defensa), mientras que las naciones insatisfechas, para satisfacer sus necesidades buscarán probablemente la guerra, por lo que suele prepararse para ella. Nuestro país, según el análisis de Perón, está dentro de las naciones satisfechas ya que “nuestro pueblo puede gozar relativamente una gran felicidad presente, pero por desgracia no podemos escudriñar el fondo del pensamiento de las demás naciones”7.
Expone las particularidades de la guerra y su desarrollo a lo largo de la historia, culminando en el concepto de nación en armas que se considera la doctrina más avanzada en relación a la Defensa Nacional. Dicha noción sostiene que “la guerra aparece no sólo en los campos de batalla militar, los mares y el aire (…), sino también en la política, la economía, lo financiero, moral, industria, etc.”8. Por ende, se resalta la importancia de que no sólo los militares comprendan la dinámica de la guerra, sino que todas las mentes del país se empeñen en conocerla, estudiarla y comprenderla a fin de alcanzar la solución completa que el país requiere.
Perón señala que la Defensa Nacional implica una labor extensa y complicada que requiere de muchos años. Destaca que, para concebir esta idea de defensa, es crucial que el país establezca un objetivo político específico. Dicho objetivo debe surgir, ante todo, de las necesidades de la población y de sus capacidades para alcanzar las metas propuestas, estando estrechamente vinculado al sentir y las necesidades del pueblo. De manera sabia, subraya que nuestro país nunca tuvo pretensiones de conquista como sí las tuvieron Gran Bretaña o Alemania. Comprendía claramente que era posible engrandecer nuestra Nación “mediante la explotación de nuestras riquezas y colocar el excedente de nuestra producción en los diversos mercados mundiales, para poder adquirir lo que necesitamos”9.
Otro de los elementos fundamentales que destaca Perón es la acción de la diplomacia, la cual tiene como finalidad estar alineada con los objetivos políticos del país y generar las mejores condiciones para el engrandecimiento de la Nación. Para Perón, “la gestión diplomática y uso de la fuerza militar vas emparentadas”10. Y van alineadas porque ante el peligro de una guerra es necesario dejar de lado las diferencias internas para enfocarse en el enemigo exterior.
Uno de los aspectos clave en defensa es el papel que cumplen las Fuerzas Armadas, las cuales deben ser entrenadas exhaustivamente por cada nación. Aquéllas que no priorizan su preparación suelen enfrentar graves consecuencias, pudiendo incluso desaparecer o caer en la servidumbre. La formación militar no es algo que se logre de la noche a la mañana, sino que requiere una planificación meticulosa, ya que “las armas, municiones y otros medios de lucha, no se pueden adquirir ni fabricar en el momento en que el peligro nos apremia (…) sino que es necesario encarar fabricaciones que exigen largo tiempo”11. Por tal motivo la planificación será fundamental en la construcción de Nación que visualizaba Perón. En la misma sintonía pensaba Mosconi, cuando antes de estar al frente de YPF la West India Oil Co, filial de la Standard Oil de Estados Unidos, le negó vender a la nación nafta12. Por otro lado Perón advierte con mucha habilidad y conocimiento que “sólo han sido las instituciones armadas las que han experimentado las inquietudes que se derivan de la defensa nacional de nuestra patria”13. Y sólo fueron las Fuerzas Armadas porque era la única institución que conocía nuestro extenso país, las riquezas que poseemos y nuestras debilidades.
A partir de este núcleo de defensa, surge el tema de la política interna y, en particular, de la cuestión social del país. Es importante recordar que la formación militar de Perón se desarrolló en el interior del país, donde pudo observar la pobreza en la que vivía la población (en particular sus viajes a Paraná, Formosa y Santiago del Estero). Su análisis parte de la premisa de que si las necesidades básicas no son satisfechas, es poco probable que el pueblo esté dispuesto a sacrificarse por la Nación. Es evidente que comprende que cuando el peligro de la guerra surge, la intervención de la política nacional juega un papel fundamental que “debe establecer una verdadera solidaridad social, política y económica”14.
Observaba cómo, al ser reconocidos como el granero del mundo, un alto número de ciudadanos que se preparaban cada año para aprender a cumplir con su deber de proteger a la patria “son rechazados por no tener las condiciones físicas indispensables: muchas vienen una insuficiencia alimentaria y abrigo en su niñez”15. Por lo tanto, para abordar el tema de la defensa nacional, es crucial garantizar la felicidad del pueblo y es en este contexto que surge la visión de Perón.
Además se observa que es esencial contar con un crecimiento industrial para lograr una defensa nacional efectiva. En este aspecto, Argentina se posiciona como un país principalmente dedicado a la exportación de productos agrícolas. Esta visión es compartida por Perón que dirá “que la actividad agropecuaria ocupa poca gente (…) el país exporta materias primas y luego importa el articulo manufacturado en el extranjero con esa materia prima, que el capital extranjero no quiere elaborar”16. Esto trae como consecuencia un gasto en importaciones de material bélico, maquinarias agrícolas, etc., todos los productos que el país no fabrica. En el momento en que estalló la Primera Guerra Mundial, un país principalmente dependiente de la agricultura se enfrentó al desafío de tener que fabricar aquellos bienes que antes obtenía del extranjero. La incipiente capacidad industrial que se desarrolló en esa coyuntura, a pesar de carecer de respaldo estatal, evidenció nuestra aptitud técnica y la habilidad de nuestros trabajadores para erigir una industria nacional. Lamentablemente, todo esto llegó a su fin al término de la guerra y “muchas de estas industrias desaparecieron por artificiales unas, y por falta de ayuda oficial otras, que debieron mantenerse; pero muchas sufrieron airosamente la prueba de fuego de la competencia extranjera dentro y fuera del país”17.
Este impulso industrial no surgió de la acción estatal, sino que más bien fue liderado por los sectores privados, con algunos visionarios que enfrentaron las dificultades de la época. El Estado no brindó orientación ni protección, ni defendió a estos emprendedores del capital extranjero, que mostraba escaso interés en la industria nacional y prefería aprovechar sus recursos para inundar el mercado nacional con sus productos. Perón criticó abiertamente al capital extranjero que sólo buscaba beneficiarse de actividades comerciales rápidas y poco reguladas por el Estado de turno, como sucedió con la creación de servicios públicos (electricidad, ferrocarril, etc.).
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial la situación del país era similar e incluso se fomentó más la industria nacional partir de la sustitución de importaciones, donde aparecerá por ejemplo la creación de la Dirección General de Fabricaciones Militares. También se dará la formación de técnicos en las escuelas fomentadas por Manuel Savio que demostrará que los técnicos argentinos son tan capaces como los extranjeros. En el mismo sentido, Perón dirá “los técnicos argentinos se han demostrado tan capaces como los extranjeros (…). El obrero argentino, cuando se le ha dado oportunidad para aprender, se ha revelado tanto o más capaz que el extranjero”18.
Mediante el discurso pronunciado en la Cátedra de Defensa Nacional, se busca impulsar la industria nacional, en especial la industria pesada, como las fábricas siderúrgicas, metalúrgicas, petroquímicas, entre otras. Para lograr esto, es esencial la intervención del Estado como garante y promotor de dicha industria, encargándose de orientar y resguardar la incipiente industria nacional. Perón señalará que el punto de partida fue la creación de la Dirección General de Fabricaciones Militares, que aborda varios de los problemas fundamentales del país. El siguiente paso consiste en orientar a la población hacia carreras industriales y oficios afines, ya que la Nación requiere de la participación de todos ellos. No resulta casual que en 1948 (durante la presidencia de Perón) se establezca la Universidad Obrera Nacional (UON) con el propósito de formar profesionales y brindar capacitación a los trabajadores para fortalecer la incipiente industria.
Por otro lado, se destaca la relevancia de fomentar una estrategia comercial, tanto a nivel nacional como internacional. Se hace presente la participación del Estado en la regulación de los ferrocarriles, los puertos, las carreteras, entre otros. Sin duda, es fundamental promover el intercambio comercial dentro del país, garantizando una distribución adecuada de “los productos destinados a satisfacer el abastecimiento de las fuerzas armadas y de la población civil, evitando la especulación y el alza desmedida de los precios”19. Con respecto a las vías de comunicaciones terrestres y fluviales tendrán un rol fundamental al momento de la defensa nacional. Años más tardes dirá el Teniente Iturralde “los ferrocarriles son muy útiles al país durante la paz, pero su valor durante la guerra, cuando la Nación juegue su destino, será de tal trascendencia, que lo hacen indispensables (…) las necesidades económicas de una nación imponen, como exigencia principal, la unión de las zonas productoras con las distribuidoras y consumidoras, por medios de elementos de transportes rápidos, baratos y de gran capacidad”20.
Indudablemente, a través de sus expresiones, Perón aboga por la importancia de transformar Argentina de un país semi-colonial, sujeto a la dependencia de algún imperio, a un país industrializado, capaz de forjar su propia identidad. Godoy dirá “pasar a la industrialización de nuestra nación, política intrínsecamente vinculada a la defensa nacional”21. Es por ello la importancia de cambiar la matriz productiva del país, ya que un país industrializado, difícilmente sea dominado por un imperio.
Para concluir el recorrido de la Catedra de Defensa Nacional, Perón argumenta que, para lograr la grandeza de nuestra Nación y la felicidad de nuestros hijos, es imperativo dejar de ser un país exclusivamente pastoril, donde sólo unos pocos se benefician. Es innegable que la guerra es inevitable, pero en una Nación pacífica como la nuestra, debemos estar siempre preparados para cualquier eventualidad bélica. La defensa de la Patria es una responsabilidad de todos los ciudadanos, no sólo de las Fuerzas Armadas. Para lograr esto, es crucial que el pueblo esté satisfecho; es necesario contar con un sólido entramado social que motive a la población a defender su Patria con orgullo en caso de crisis. Fruto de esta enseñanza sobre Defensa Nacional, meses más tarde se estableció el Consejo Nacional de Posguerra, que será a futuro los planes quinquenales que gestarán el rumbo de la nueva Argentina.
Galasso, Norberto (2015) “Perón. Formación, ascenso y caída (1893-1955) Tomo 1”, Buenos Aires, Editorial Colihue.
Godoy, Juan (2021) “Nación, Fuerzas Armadas y Dependencia: La defensa nacional y la emergencia de una conciencia industrial en la Revista Militar desde la creación de YPF (1922) al 17 de Octubre de 1945”, Buenos Aires, Editorial Punto de encuentro.
Iturralde, José Ignacio (1950) “Nuestros Ferrocarriles”, Buenos Aires, Revista Militar año 50, volumen n° 91 n°2 – (Febrero 1950), p. 156-157.
López, Ernesto (2009) “El primer Perón: el militar antes que el político”, Buenos Aires, Edición Le Monde Diplomatique.
Perón Juan Domingo (1945) “Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar”, Conferencia pronunciada en el Colegio Nacional de La Plata, el 10 de junio de 1944, Curso de cultura superior universitaria, Editorial Peuser.
------------------------------ (1964) “La guerra y la revolución industrial” en Ejército y revolución industrial, Buenos Aires, Jorge Álvarez Editor.
----------------------------- (1934) “Apuntes de Historia Militar” Buenos Aires, Ediciones del Círculo Militar.
--------------------------- (1963) “Tres revoluciones militares”, Buenos Aires, Edición Escorpión.
1 JUAN DOMINGO PERÓN, “Apuntes de historia militar” Círculo Militar. Biblioteca del Circulo Oficial, Buenos Aires, 1934, p.101.
2 JUAN DOMINGO PERÓN, “Ejercito y revolución industrial”, Jorge Álvarez Editor, Buenos Aires, 1964 p.98.
3 JUAN DOMINGO PERÓN, “Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar”, Universidad Nacional de la Plata, Buenos Aires, 1945, p.51.
4 JUAN GODOY, “Nación, Fuerzas Armadas y Dependencia. La defensa nacional y emergencia de una conciencia industrial en la Revista Militar desde la creación de YPF (1922) al 17 de Octubre de 1945”, Punto de Encuentro Editorial, Buenos Aires, 2021, p.409.
5 Ibidem p.410.
6 JUAN DOMINGO PERÓN, “Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar”, Universidad Nacional de la Plata, Buenos Aires, 1945, p.55.
7 Ibídem p.56.
8 JUAN GODOY, “Nación, Fuerzas Armadas y Dependencia. La defensa nacional y emergencia de una conciencia industrial en la Revista Militar desde la creación de YPF (1922) al 17 de Octubre de 1945”, Punto de Encuentro Editorial, Buenos Aires, 2021, p.411.
9 JUAN DOMINGO PERÓN, “Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar”, Universidad Nacional de la Plata, Buenos Aires, 1945, p.60.
10 ERNESTO LÓPEZ, “El primer Perón. El militar antes que el político”, Ediciones Le Monde Diplomatique - Capital Intelectual, Buenos Aires, 2009, p.91.
11 JUAN DOMINGO PERÓN, “Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar”, Universidad Nacional de la Plata, Buenos Aires, 1945, p.64.
12 Este hecho es muy conocido pero es bueno reproducir el pensamiento de Mosconi, que estaba alineado con el pensamiento posterior de Perón. Mosconi dirá “¿Y si en lugar de tratarse de un simple raid de entrenamiento se debiera cumplir la orden de atacar una escuadra enemiga que desde la rada amenazara con sus cañones la Ciudad de Buenos Aires? o bien, si se debiera realizar con toda urgencia un ataque aéreo contra una formación enemiga que pusiera en peligro la Capital Federal (…) Esta reflexión mordió mi espíritu, recordándome (…) cooperar por todos los medios legales a romper los trusts”. En esta reflexión Mosconi nos advierte que no podemos depender de los caprichos de los países extranjeros sino que debemos bastarnos a nosotros mismos, y es el camino que plantea Perón.
13 JUAN DOMINGO PERÓN, “Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar”, Universidad Nacional de la Plata, Buenos Aires, 1945, p.66.
14 Ibídem p.67.
15 JUAN GODOY, “Nación, Fuerzas Armadas y Dependencia. La defensa nacional y emergencia de una conciencia industrial en la Revista Militar desde la creación de YPF (1922) al 17 de Octubre de 1945”, Punto de Encuentro Editorial, Buenos Aires, 2021, p.412.
16 NORBERTO GALASSO, “Perón. Formación, ascenso y caída (1893-1955). Tomo 1”, Editorial Colihue, Buenos Aires, 2015, p.214-215.
17 JUAN DOMINGO PERÓN, “Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar”, Universidad Nacional de la Plata, Buenos Aires, 1945, p.71.
18 Ibídem p.72.
19 Ibídem p.75.
20 JOSÉ ITURRADE, “Nuestros Ferrocarriles”, Revista Militar Número 91, Nº2, Febrero 1950, Buenos Aires, Edición del Círculo Militar, p.156.
21 JUAN GODOY, “Nación, Fuerzas Armadas y Dependencia. La defensa nacional y emergencia de una conciencia industrial en la Revista Militar desde la creación de YPF (1922) al 17 de Octubre de 1945”, Punto de Encuentro Editorial, Buenos Aires, 2021, p.414.