Se cumplen 50 años del paso a la inmortalidad de quien fue el actor principal del impulso argentino en el reclamo de soberanía sobre la Antártida: el Presidente Juan Domingo Perón. Quien el 4 de junio de 1946 es electo por primera vez con el 56% de los votos, a pesar de la fuertísima campaña de difamación del embajador de Estados Unidos, Spruille Braden, y de la Unión Democrática, conformada por el Partido Comunista y la Unión Cívica Radical. En este texto vamos a repasar brevemente la relación íntima que tuvo su gobierno con los reclamos de soberanía en la Antártida Argentina
Perón, bajo el espíritu del abrazo de Maipú, abonó fuertemente el vínculo con la hermana República de Chile que había enfrentado anteriormente los embates de la corona británica en parte de su territorio, y que con Perón celebraron los primeros acuerdos bilaterales de cooperación para fortalecer hermanadamente nuestra presencia en el continente blanco, desde una mirada panamericanista y antiimperialista. Tanto chilenos como argentinos vivimos las primeras décadas del siglo XX amenazados permanentemente por el Reino Unido de Gran Bretaña con sus intenciones de quedarse con todo el sector antártico que ambas naciones reclaman para sí.
Fue durante la presidencia del General Perón que se desplegó sobre la Antártida la mayor cantidad de campañas y creación de bases y destacamentos, todos ellos bajo la premisa de la paz y el desarrollo científico. También fueron consecuencia de la presencia argentina en la Antártida una serie de enfrentamientos con la corona británica. A principios del año 1946, el Reino Unido emite una serie postal de las Islas Malvinas con sus dependencias territoriales donde incorpora el mapa del sector antártico argentino bajo el nombre Falkland Islands Dependencies. Esto provocó una rápida reacción del gobierno argentino intensificando las campañas y la presencia argentina en el continente. Presencia que ininterrumpidamente se mantiene hasta el día de hoy. Para el general Perón era fundamental un plan de ocupación y administración efectivo del Sector Antártico Argentino, y así dispuso a la Comisión Nacional del Antártico como antesala al Instituto Antártico Argentino que definió tres grandes líneas de trabajo para el efectivo ejercicio de los intereses argentinos:
1. Determinar la zona delineada por Argentina para el ejercicio de su soberanía.
2. Analizar los medios necesarios para llegar a un acuerdo con otras potencias interesadas en la Antártida, particularmente con Chile.
3. Planificar una expedición que a través de la ocupación directa fortaleciera los derechos argentinos.
El gobierno del General Perón delimitó los márgenes de la Argentina a través del Decreto 8944, donde determinó que el límite Oeste de la Argentina era los 68º 34 ? al meridiano 74º Oeste. También se prohibió la impresión de mapas que no contuvieran el Sector Antártico Argentino en sus cartografías. Todos los mapas que fueron obligatorios para la estructura escolar de la República Argentina debían contener al Sector Antártico Argentino, por orden de Perón y el Ministerio de Educación. La Argentina continuó en los años subsiguientes con diferentes misiones que crearon destacamentos y bases temporarias de verano, donde se ejerció el efectivo derecho a la soberanía nacional por parte de nuestro país en el territorio antártico, como la expedición del ARA Patagonia en 1947, donde se fotografió y se estableció un mapa de las bases extranjeras que poseían países como Chile o Gran Bretaña en la Antártida, siempre bajo el reclamo indiscutido de soberanía de la Argentina.
El 12 de marzo de 1947, la Comisión Nacional del Antártico se reunió para tratar la delimitación de la Antártida Argentina, en base a cuestiones geográficas y a antecedentes históricos. Los límites del Sector Antártico Argentino se delimitaron entre los meridianos 25º y 74º de longitud Oeste, al Sur de los 60º de latitud Sur hasta el Polo Sur. Los 25º Oeste coinciden con el extremo oriental de las Islas Sandwich del Sur, los 74º Oeste con el cerro Bertrand, en el extremo con Chile. También en ese momento se publicó un libro de la comisión llamado Soberanía Argentina en la Antártida. En las notas preliminares del libro, Perón sostenía que: “El magno asunto de la Antártida tiene una sola directiva. Defender la soberanía de la República y acreditar ante el mundo los derechos imprescriptibles de la zona discutida”.
Perón en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Poder Legislativo en 1949 determina que la defensa de la soberanía argentina en la Antártida sería pacífica, pero sin ningún tipo de renunciamiento a ella. Sosteniendo que hay “en la ciudadanía del país clara conciencia de todos los derechos de tal manera que ya ningún argentino ignora que la unidad geográfica nacional termina en el mismo polo austral del mundo”.
Fue para el General Perón una preocupación de máxima prioridad la defensa de la soberanía argentina en la Antártida y en todos los rincones del país, fue sin dudas, junto con el Coronel Hernán Pujato el máximo exponente de la argentinidad en el continente blanco. Bajo su gobierno es que se consolidó la presencia argentina que desde 1902 es ininterrumpida. Fundando bases, destacamentos y campañas de exploración del territorio, acompañado de los mapas mejor detallados de la época y fotografías del entorno. Fue Perón el presidente argentino que mayor relevancia le dio a la cuestión Malvinas, tanto en el ámbito interno, incorporando la cuestión al sistema escolar, como en el ámbito externo, aprovechando cada instancia internacional para exponer el problema ante la comunidad internacional.
No podemos pensar Malvinas sin la Antártida, y no podemos pensar una argentina proyectada en los próximos 30 años sin el Tratado Antártico, que establece al continente como una zona de paz donde ningún país puede ejercer plenamente su soberanía. Para el futuro, es obligatorio para nuestra generación instalar en el debate público el problema de la soberanía y defender nuestra integridad territorial, tanto en Malvinas y sus espacios marítimos circundantes como en la Antártida.
Actualmente sufrimos la presidencia de un fanático de Margaret Thatcher, responsable directa del crimen de guerra ocurrido contra el Crucero General Belgrano, en 1982, que delega sobre la OTAN la soberanía argentina, como es el caso del intento de establecer en Ushuaia una base conjunta con Estados Unidos, brindando una puerta de entrada a la Antártida.
En dos meses deberá publicarse la nueva Directiva Política de Defensa Nacional que establecerá los próximos 4 años de definición estratégica del Ciclo de Planeamiento de la Defensa Nacional y su perspectiva sobre el mundo. Debemos estar atentos, todo el campo popular, para salir en defensa de nuestra Patria y nuestro Sector Antártico Argentino contra el intento de rifa y remate de nuestra soberanía.
Para pensar ambas cuestiones, Malvinas, los espacios marítimos y la Antártida, es necesaria una gran fuerza que defienda constantemente el proyecto desmalvinizador y entreguista que nos gobierna. No podemos ceder ni un solo paso, tanto en el debate público como en las instancias internacionales, en relación con la integridad territorial, enfrentando los deseos de balcanización y la posibilidad de cesión de soberanía a otros espacios que no sean argentinos.