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02/01/69

 21/12/2023   1152

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo se trata de un estudio descriptivo, analítico y cuantitativo, basado en información secundaria obtenida del propio organismo, cuyo objetivo principal fue investigar la evolución del volumen de la dotación de planta permanente del INSSJP en relación con el Padrón de personas afiliadas al PAMI.

A lo largo del trabajo nos hemos encontrado con algunos hallazgos. Por un lado, descubrimos que entre 2017 y 2018 se produjo un achicamiento de la planta permanente en más de 1.500 agentes personas (casi el 15% de la dotación) que no se volvió a recuperar hasta la actualidad, y que mayo de 2023 es el mes en el cual hay menor volumen de dotación y a su vez mayor volumen de padrón en todo el período analizado (2015-2023). A su vez, descubrimos que en la distribución territorial de dicha dotación a lo largo y ancho del país, si bien se observa una tendencia ligada a la densidad de población, existen excepciones caprichosas.

Por otra parte, detectamos que existe una fuerte disparidad de género en lo que respecta al acceso a los puestos con función jerárquica del organismo, y que a su vez, aunque las mujeres presentan mayor nivel de educación formal que los hombres, tienen menor acceso al reconocimiento formal del agrupamiento profesional. Por último, también descubrimos que comenzó a notarse claramente el proceso de feminización del padrón de personas afiliadas al Programa Nacional de Atención al Veterano de la Guerra de Malvinas.

De esta manera el presente trabajo se convierte en una fuente importante de información para el diseño de la política gremial a desarrollar en el mandato 2023-2025 del cuerpo de delegados y delegadas de la Delegación General PAMI.

 

 

ANÁLISIS

Evolución 2015-2023 de la Dotación de Planta Permanente

En este gráfico se puede observar cómo va cambiando, año tras año a lo largo de más de 7 años, la cantidad de agentes que componen la Planta Permanente de PAMI. Y se observa cómo en apenas un año, de julio de 17 a julio de 18, en pleno auge del gobierno de Cambiemos, se produce un achique de la planta permanente de PAMI en más de 1.500 agentes (casi un 15% de la Dotación).

UPCN se había plantado para evitar los despidos masivos (como ocurrieron en otros organismos), entonces ese achique se produjo a través de tres mecanismos: cierre del ingreso de nuevo agentes; jubilación de quienes estaban en edad jubilatoria potencial (se jubila por año aproximadamente el 4% de la planta, es decir: unos 350 trabajadores); y la oferta de un retiro voluntario. 


Evolución 2015-2023 de la Dotación y del Padrón de personas afiliadas.

La línea azul representa la evolución de la Dotación de Planta Permanente; la línea naranja, la evolución del volumen del Padrón de Personas Afiliadas.

Vemos cómo la Dotación tiende a caer; y cómo el Padrón (tras el bajón de la pandemia) tienden a crecer rápidamente.

A mayo 2023, fecha en la que se llevó a cabo el corte para la presente investigación, había menos de 12.500 agentes en la dotación (el volumen más bajo del período analizado), y por primera vez se habían superado los 5 millones de afiliados: la mayor cantidad de personas afiliadas, y la menor cantidad de agentes en el organismo en todo el período analizado.

 


 

 

 

 


GRAFICO 2

 

Evolución 2015-2023 de la Tasa Dotación/Padrón

Si observamos el proceso descripto anteriormente a través de una tasa que surge de dividir el Padrón de personas afiliadas por la Dotación de planta permanente, nos encontramos con que en 2015 había 342 personas afiliadas por cada agente; pero en 2023 hay 410 personas afiliadas por cada agente.

El crecimiento de esta tasa indica que necesariamente hay una “mayor productividad” por parte de las y los trabajadores.

Y también confirma que son falsas las versiones periodísticas acerca del aumento del volumen de personas en el organismo.



























Distribución territorial de la Dotación

La distribución territorial de la dotación la analizamos a partir del sub-universo compuesto por los agentes que prestan servicios en las terminales de atención directa al público, es decir: las Agencias y las UGL (Unidades de Gestión Local, las “regionales” de PAMI).

En mayo 2023 ese sub-universo se componía de 7.374 agentes, lo que representa casi el 60% de la Dotación total.

Hay regionales con más de 30 agentes cada 10.000 personas afiliadas y otras con menos de 12 agentes cada 10.000 personas afiliadas.

Las UGL de las grandes capitales y el AMBA, donde hay una mayor Densidad de Población, es donde hay menor Densidad de Dotación.

Y en las UGL de las regiones patagónica y andina se observa una lógica inversa: menor densidad de población, mayor densidad relativa de agentes para cubrir las grandes distancias.


 

Agentes que ingresan en edad jubilatoria

La edad jubilatoria límite para todos es de 65 años (aunque hay una cantidad de agentes que continúan por distintas excepciones algunos años más). Pero a partir de los 60 las mujeres pueden optar por la jubilación también.

Un promedio general indica que unos 300 agentes ingresan en edad jubilatoria cada año, a los que hay que sumarles unas 100 mujeres por año que optan por jubilarse entre los 60 y los 64 años.

En este momento hay cerca de 1.100 agentes potencialmente “jubilables”, ya sea porque tienen 65 años o más; o porque, siendo mujeres, tienen entre 60 y 64 años. Esto representa casi un 10% de la dotación.

A su vez, más de 1.800 agentes ingresarán en edad jubilatoria entre 2023 y 2027.

Es decir que, en el transcurso de la próxima gestión del gobierno nacional (2023-2027) potencialmente se jubilarán unos 1.500 agentes: más del 12% de la Dotación actual.









GRAFICO 5

 


 

Nivel de Educación y Agrupamiento Profesional según el nivel del organismo.

A mayor poder de decisión en el organismo, mayor presencia de dotación con nivel de educación universitaria asociado al Agrupamiento Profesional.

En Nivel Central vemos que el 47% de los agentes presenta título universitario y el 44% tiene reconocido el “agrupamiento profesional” por su función. En cambio, en las agencias el 31% tiene título universitario y sólo el 26% tiene reconocido el agrupamiento profesional por su función. Téngase en cuenta que en las agencias hay menor cantidad de funciones profesionales, por lo cual el reconocimiento en el agrupamiento profesional es más difícil por más que se tenga título universitario.

De esta manera existe en PAMI una subutilización de las capacidades de la fuerza de trabajo.



 

 

 



Desigualdad de género en la distribución por nivel del organismo

El 54% de la dotación de PAMI son mujeres. Pero en las terminales de atención al público la presencia femenina es casi del 60%, mientras que en el Nivel Central la mayoría son varones.

¿Por qué hay más mujeres en las agencias y más varones en el Nivel Central…?

A modo de hipótesis planteamos que esta desigual distribución tiene que ver con la tendencia cultural de cuidado del hogar, a partir de la cual muchas mujeres se quedan físicamente cerca de sus hogares en vez de pagar el costo de la distancia para desarrollar una carrera profesional dentro del organismo.

Aunque hay más mujeres que varones con títulos universitarios, hay mayor proporción de varones con reconocimiento del agrupamiento profesional, principalmente por el hecho de trabajar en niveles superiores del organismo.























El “techo de cristal” en PAMI.

Si observamos la distribución por género de las personas “sin función jerárquica”, vemos que más o menos expresa la distribución por género de la dotación total. Pero cuanto más se asciende en la función jerárquica, mayor es la presencia masculina; ya sea en 2019 o en 2023.

La gestión Volnovich logró romper el “Techo de Cristal” aumentando significativamente la presencia de mujeres en los Cargos Jerárquicos “políticos”.

Pero de Subgerencia para abajo (las funciones jerárquicas de “la carrera administrativa”) la distribución por género de los cargos jerárquicos sigue tan desigual como en 2019, o incluso peor.

Se observan claramente los efectos de un “techo de cristal” que dificulta el acceso de mujeres a los puestos de mayor jerarquía en PAMI.

 

 

 

 

 

La feminización del Padrón de Veteranos de Guerra: viudas de la posguerra.

La mayor parte de los Veteranos de Guerra Soldados se afiliaron a PAMI durante la década del 90.

Pero el Programa Nacional de Atención al Veterano de Guerra (PNAVG), con prestaciones especiales en PAMI, es de 2005; a partir de ese momento comenzaron a afiliarse los Veteranos provenientes de las FFAA.

Pero el padrón de Familiares de Veteranos Fallecidos, compuesto fundamentalmente por mujeres viudas, comenzó a crecer desde 2010 y es el que tiende a crecer en el futuro.

Este padrón fundamentalmente femenino pasó de 1.632 en 2018 a 2.228 en 2023, mostrando un crecimiento de más del 35% en cinco años; mientras que las otras dos categorías de Veteranos de Guerra propiamente dichos tienden ya a descender.

 


CONCLUSIONES Y PROPUESTAS GREMIALES

Ante el achique de la dotación, el crecimiento del padrón y el aumento de la productividad de los agentes de Planta Permanente, proponemos la siguiente agenda gremial:

a)         Defender los puestos de trabajo ante proyectos políticos de ajuste y achique.

b)         Revisar la política de personal de “altas por bajas”.

c)         Instalar la necesidad de un reconocimiento económico ante la mayor productividad general.

d)         Propiciar un criterio federal claro y efectivo para distribuir agentes en el territorio nacional.

 

Ante la desigualdad de género en lo que respecta al reconocimiento del título universitario, el acceso a los puestos de trabajo con función jerárquica, y el nuevo perfil del PNAVG, proponemos la siguiente agenda gremial:

a)         Proponer un reconocimiento económico en las tareas de atención al público tomando en cuenta las tareas de cuidado.

b)         Promover la efectivización de los concursos para cubrir las funciones jerárquicas de la Carrera Administrativa consagrada por Paritarias.

c)         Adaptar la oferta prestacional a las necesidades de las Viudas de la Posguerra.

 

EPÍLOGO POLÍTICO

A lo largo de más de cinco décadas hemos sido las y los trabajadores quiénes sostuvimos al Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, “el PAMI”, en sus momentos más difíciles. Sin poner peros. Con el compromiso de siempre. Por ejemplo, durante la pandemia hemos recreado y reafirmado nuestro compromiso, pertenencia y solidaridad con nuestra población afiliada y con las y los trabajadores. Miles de compañeras y compañeros, a lo largo y a lo ancho del país, sostuvimos el funcionamiento y el rol para el cual fue creado nuestro querido PAMI: en los hospitales; en los policlínicos; en el PAMI-escucha; en la DAMNPyP; y en cada Agencia y UGL donde pusimos el cuerpo y el corazón para brindar la atención.

En este contexto electoral, cuando escuchamos las barbaridades de propuestas sobre el futuro del PAMI por parte de candidatas y candidatos que parecen responder más a los intereses de quienes siempre quisieron hacer negocios con la salud que buscar el bienestar de las personas mayores, no olvidamos que han existido embestidas buscando que no exista más esta Obra Social, la más grande de Latinoamérica. Se propuso desde su provincialización hasta la conformación de un “PAMI residual” tras devolver cada afiliada o afiliado a la obra social de su gremio de origen. Escuchamos todo tipo de alocadas ideas como las que nos quieren hacer creer que cada jubilada o jubilado, individualmente y por su cuenta, podría acceder a todas las prestaciones médicas que requiera o a los recursos sociales para paliar situaciones de vulnerabilidad o actividades recreativas para sostener su estado de salud física y mental. Las y los trabajadores sabemos que eso no es posible; que no hay posibilidades de que nadie se salve solo; que el financiamiento para todos esos objetivos nunca podría realizarse en forma individual y menos todavía se podría cumplir con el acceso igualitario a las prestaciones fundamentales de salud por parte de todas y todos los jubilados, sin distinción social.

Bregamos por un PAMI más justo, no sólo en la atención a las personas afiliadas al INSSJP sino también en la vida cotidiana laboral. Las políticas públicas de salud incluyen a PAMI y a sus trabajadores/as como vectores fundamentales de la Seguridad Social en la Argentina. Por lo tanto, debemos ser parte de dichas discusiones y propuestas. La negociación colectiva a través de las Paritarias y la vigencia del Convenio Colectivo de Trabajo son el camino a la democratización de las relaciones laborales. Teniendo presente que el financiamiento del Instituto se nutre de los aportes de las y los trabajadores formales y las personas jubiladas nacionales, es menester que el ámbito paritario permita sostener lo logrado hasta aquí y se pueda avanzar en nuevas propuestas.

El PAMI del futuro no sólo debe adecuarse a las nuevas realidades laborales, debe también reafirmar su rol sociosanitario con el Pueblo Argentino.

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