Sin lugar a dudas la pandemia del COVID 19 marcó
un antes y un después en nuestras vidas. Probablemente a cada una y cada uno le
habrá tocado vivir de cerca momentos de sumamente dolorosos y difíciles.
Asimismo, la crisis sanitaria, puso de
manifiesto una vez más, el rol de Estado. Incluso en países con orientación
liberal, fue el aparato estatal el que posibilitó proteger a la población,
ampliando la estructura sanitaria y de cuidado, favoreciendo la pronta salida
del derrumbe económico que trajo aparejada la cuarentena.
Al mismo tiempo que los profesionales de la
salud le ponían el cuerpo a la pandemia, trabajadoras y trabajadores del Estado
con absoluta empatía y solidaridad, comprendieron que la sociedad civil
dependía de su compromiso y dedicación para dar vuelta esta página tan oscura
para la humanidad.
En este marco, la Dirección de Seguimiento de
Gestión de Proyectos de Empleo y Formación Profesional no fue ajena a esta
realidad. Las y los supervisores que se desempeñaban a lo largo del país
garantizaron seguimiento constante de las acciones de empleo y formación
profesional, que se brindan dentro de la Secretaría de Empleo del Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Las y los
trabajadores estatales suelen ser denostados/as y degradado/as por gobiernos de
derecha y son los gobiernos peronistas los que reconocen su compromiso y
esfuerzo, con la jerarquización de la Carrera Administrativa, la apertura de
concursos para el ingreso a la Planta Permanente de las personas con más
antigüedad y mecanismos de progreso y profesionalización del empleo público. No
resulta casual que estos logros sean acompañados y fortalecidos por el accionar
sindical de la Unión del Personal Civil de la Nación y que en los últimos años
haya permitido generar suplementos de recomposición salarial a las funciones específicas
de verificación y control de programas de empleo y formación profesional.