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Profesionales

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 31/10/2022   2482

Por: Dr. Mariano A. Bocache[1]

 

En este artículo se apunta a narrar la experiencia del trabajo interdisciplinario en el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata (PNR) en casos paradigmáticos.

 Para hacer frente a la trata de personas, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación cuenta con un equipo interdisciplinario de psicólogas, trabajadoras sociales, abogadas/os, politólogas, médicas/os y personal policial especializado que conforman el PNR, a cargo de la Lic. Zaida Gatti. Las oficinas centrales del P.N.R. se encuentran en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero el trabajo se realiza a nivel federal. Actualmente existen Oficinas Regionales en las provincias de Santa Fe, Chaco, Entre Ríos, La Pampa, La Rioja, Neuquén, Mendoza, la ciudad de Mar del Plata y en las fronteras entre Bolivia y Argentina y la Triple Frontera.

Dicho Programa Nacional fue creado para el rescate y asistencia psicológica, social, médica, asesoramiento jurídico y seguridad de las víctimas de trata, desde una perspectiva de género y Derechos Humanos, pero, como veremos, en la práctica hace mucho más que eso. Sus profesionales, además de estar especializados/as y contar con amplia experiencia en el delito de trata, también han sido capacitados para intervenir y asistir a víctimas en situación de catástrofe.

En el ámbito del PNR funciona también la línea telefónica 145. La misma es nacional, gratuita y anónima. Su objetivo es recibir denuncias de hechos que podrían relacionarse con los delitos de Trata y/o Explotación de Personas, las 24 horas del día los 365 días del año. La línea es atendida por profesionales especializadas en la temática.

Asimismo, se llevan adelante tareas de prevención, particularmente mediante el diseño de campañas de concientización, sensibilización y dictado de capacitaciones para diversos actores, tales como fuerzas de seguridad, tripulaciones de aerolíneas, agencias estatales, ministerios, organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, ámbito educativo, público en general, etc.

Cabe mencionar que este Programa cuenta con una “Casa Refugio” para alojar y brindar protección a las víctimas rescatadas y que la misma depende exclusivamente del PNR, siendo su ubicación de carácter reservado.

Si bien todas sus intervenciones son importantes y significativas, el PNR tuvo algunas que, por haberse efectuado en casos que han conmocionado a la opinión pública a través de los medios de comunicación, adquirieron relieve y trascendencia. En este artículo, por primera vez, se darán a conocer algunas de ellas.

 

Intervención en el caso “Marita” Verón

En el año 2012, la Sala II de la Cámara en lo Penal de la Provincia de Tucumán, otorgó intervención al PNR para el traslado, acompañamiento y asistencia a las víctimas durante las audiencias en juicio.

La primera dificultad con la que se encontró el Programa fue localizar a las víctimas, pues se trataba de alrededor de once que en su mayoría habían sido explotadas aproximadamente diez años atrás y muchas habían cambiado su número de teléfono y/o su domicilio, por lo que hubo que tomar contacto con amigos y familiares de las mismas para ubicarlas. Además, en muchos casos, se trataba de mujeres que evitaban ser localizadas por temor a volver a atravesar todo lo que habían vivido. De este modo, equipos completos del PNR, integrados por policías y profesionales que las buscaban (distribuidas por la Provincia de Buenos Aires, Misiones, La Rioja, provincias del sur del país, etc.) las trasladaron a la provincia de Tucumán, algunas en auto, otras en avión. Todo esto no fue sencillo, pues muchas mujeres eran madres solteras y no podían dejar solos a sus hijos/as, por lo que hubo que articular nuevamente con familiares y amigos para que los cuidaran, y, aun así, eso no fue lo más difícil. Lo más duro fue entrevistar  víctimas que habían guardado silencio durante muchos años sobre el drama por el que habían pasado y que se animaban a hablar por primera vez.

Las consecuencias postraumáticas se evidenciaban en mujeres que atravesaron momentos de angustia muy profunda; algunas se descomponían, otras se desmayaban, la mayoría sufría pesadillas y no podían dormir bien. Víctimas que a raíz de lo vivido tuvieron consecuencias psicológicas y estaban medicadas. En este sentido es importante destacar el acompañamiento y asistencia de las profesionales del P.N.R. que fue constante ya que se alojaban en las mismas habitaciones de hotel de las personas damnificadas.

Durante los once meses que duró el juicio, participaron cuatro profesionales del Programa, las que se turnaban los fines de semana y feriados para viajar y ver a sus seres queridos, llegando a pasar periodos de quince o veinte días lejos de ellos.

Las profesionales del PNR y las personas damnificadas debieron soportar durante el juicio todo tipo de insultos y actos de prepotencia por parte de los trece imputados, que actuaban como una verdadera mafia creyéndose totalmente impunes. También hubo víctimas a las que fue necesario hospitalizar porque les bajó la presión y perdieron el conocimiento al momento de declarar.

Los relatos escuchados fueron de extrema crudeza. Basta con mencionar el caso de una niña de trece años –al momento de declarar tendría entre 23 y 25 años- que había sido secuestrada en Misiones, que estaba descalza, al momento de ir a comprar pan. La niña fue trasladada a un prostíbulo de la provincia de La Rioja, donde la prostituían los fines de semana y durante la semana, la jefa del clan la reducía a la servidumbre y la obligaba a realizar todo tipo de tareas, además de explotarla sexualmente. En el testimonio ofrecido en juicio contó que había presenciado, siendo niña, la situación en que golpearon a una mujer de origen brasileño, a quien acusaban de haberse quedado con dinero de un prostituyente, que murió desnucada al caer al suelo y luego la “guardaron en una bolsa”.

Algunas víctimas también hablaron de abortos inseguros, quemaduras con cigarrillos sobre sus cuerpos y rituales satánicos en los que las hacían caminar sobre brasas ardientes. Otras mostraron heridas de disparos en sus piernas, recibidos mientras intentaban escapar y otras, que lograron fugarse y llegar a la comisaría en busca de ayuda, contaron que fue el mismo comisario quien las devolvió a la red de trata.

 

Asistencia y contención a los familiares de las víctimas del submarino A.R.A. San Juan

El 23 de abril de 2019, el Juzgado Federal de Caleta Olivia dispuso que se llevara adelante una audiencia simultánea en diecisiete puntos del país, a fin de exhibirles a familiares de los 44 tripulantes del submarino A.R.A. San Juan, imágenes y videos que fueron recopilados en el interior del mismo.

La parte central del acto fue el reconocimiento a las familias de las víctimas de la catástrofe. El objetivo de esta exposición era que fueran ellas, quienes en primer lugar, observasen tales registros audiovisuales que luego serían expuestos ante diversos Organismos.

En el marco de la causa judicial y teniendo en cuenta que el contenido de las imágenes podría generar diversas reacciones por parte de las familias, se solicitó al Centro de Atención a Víctimas de Delitos (CENAVID) del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, que dispusiera de personal especializado en atención a víctimas de catástrofes. En este sentido, el PNR fue convocado para realizar dicha asistencia. De este modo, se desplegaron equipos interdisciplinarios en dieciséis ciudades: San Salvador de Jujuy, Salta, Santa Rosa, Mendoza, Mar del Plata, San Juan, Viedma, Río Grande, Bahía Blanca, Santa Fe, San Luis, Posadas, Santiago del Estero, Tucumán, Bell Ville y Concepción del Uruguay. Mientras que, a otros dos programas que dependían de CENAVID, se les encomendó que asistieran a los familiares que estarían en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Dicho acompañamiento, fue sumamente importante porque no sólo consistió en tener los recursos disponibles por si alguna persona se descompensaba y necesitaba ser trasladada a un nosocomio, o la provisión de alimentos, sino que lo más meritorio de tal intervención fue la escucha de las profesionales en un momento en el que los  presentes, quienes sufrieron la pérdida de sus seres queridos, iban a enfrentarse con lo que la madre de una de las víctimas mencionó como “la tumba de nuestros hijos”.

La jueza dispuso que no pudieran formular preguntas. Si bien todos sabían de la disposición judicial, esto incrementó la ansiedad y el dolor de los familiares. En esta situación, reinó la quietud y el silencio. No se lo puede llamar paciencia, pero permanecieron ahí "pacientemente". Algunos dibujaban, otros tomaban nota. Lo cierto es que colectivizaron su dolor y eso, sin duda, los ayudó.

Silencio y quietud, momentos más intensos emocionalmente y otros apenas desordenados, tal como finalmente son las despedidas de los restos de los seres queridos. Lágrimas derramadas ante cada imagen y algunos períodos muy tensos cuando se exhibieron retazos de un uniforme.

Durante un receso, la esposa de uno de los tripulantes dio por finalizado el procedimiento. Resultó de mucho impacto para ella y solicitó que un familiar se acercara a buscarla. Otra cónyuge de uno de los tripulantes fallecidos le pidió a una de las profesionales, que estuvo presente durante gran parte de la jornada, que acompañara a su hijo menor de edad para que ella pudiera seguir viendo los videos. En ese pedido se materializó el vínculo de empatía y confianza generado entre ambas.

Con respecto a los videos, quedaron con sensación de “gusto a poco”. Los padres de otro tripulante se mostraron muy fuertes e iban relatando a las profesionales cómo era el submarino por dentro, ya que lo conocían porque habían subido muchas veces con su hijo, a quien nombraron como un “ángel”.

Otra esposa de un tripulante optó por no asistir a la videoconferencia, ya que su deseo era recordarlo de la mejor manera.

Hubo varias familias que fueron tramitando su angustia estudiando cartas navales o hablando con empresarios pesqueros que pudiesen explicarles sobre el tema.

Como corolario, solicitaron a las profesionales del PNR acompañamiento emocional para poder llorar y de esa forma, las integraron a la experiencia que estaban viviendo. Asimismo, en varias de las sedes entregaron a modo de agradecimiento stickers y pins conmemorativos. ?En el saludo final, cargado de emotividad, se escucharon palabras de agradecimiento, deseos de justicia y dudas al respecto. Paralelamente, en alguna de las sedes se había habilitado dentro de la jornada un espacio de catarsis en el que los familiares fueron escuchados por el Tribunal y un cierre con la esperanza de que se hiciera justicia.

Sin embargo, en la ciudad de Mar del Plata, donde se encontraba la mayor cantidad de familiares, primó un silencio profundo durante las largas y abrumadoras horas de transmisión. Las familias de esta ciudad se acompañaban entre ellas. Se agruparon con otros acompañándose mutuamente.

La aparición de lo más cercano a lo humano modificó los cuerpos. Todos y todas se inclinaban hacia adelante, se tensaban, cuando se decía alguna palabra que nombraba, que los nombraba: un overol, un bolso, querían ver lo que confirmaba la muerte.

Las profesionales fueron testigos y acompañantes del encuentro con los restos que no habían visto, algo necesario para iniciar, en algunos casos, el proceso de duelo. Un duelo necesario para poder continuar adelante. Ese día se trató, ante todo, de una despedida.

La gran mayoría de las personas que recibieron el acompañamiento profesional del PNR solicitaron continuar con asistencia psicológica, convirtiéndose el CENAVID en un Organismo de referencia.

 

Intervención en el caso Guadalupe, niña desaparecida en la provincia de San Luis.

Las profesionales del PNR fueron convocadas por los Fiscales Federales a cargo de esta causa con el objetivo de asistir y acompañar a los familiares de la niña desaparecida, en el marco de la reconstrucción de las circunstancias que rodearon la desaparición de la misma. Los actos procesales se llevaron a cabo a fines del junio de 2022.

En este sentido, las profesionales trabajaron en la ciudad de San Luis, junto a los funcionarios judiciales durante los tres días que duró dicha intervención. Los aportes expertos, que se realizaron durante la reunión de organización previa a la reconstrucción por parte de las mismas fueron vitales para la toma de decisiones sobre los procedimientos de los días subsiguientes, en los que se trabajó con un amplio grupo interdisciplinario de profesionales convocados para la tarea. Se trabajó también junto a la fuerza de seguridad participante.

De esta forma, se hizo efectivo el acompañamiento y asistencia de forma personalizada a la madre y al padre de la niña durante los días de reconstrucción, así como al resto de los familiares. Las profesionales del PNR estuvieron recorriendo las cuadras del barrio donde cada testigo/vecino aportó su relato, ya que los padres de la niña desaparecida tuvieron la oportunidad de estar en calidad de observadores de estos procedimientos. A su vez, tuvieron especial participación en la contención y orientación a la familia de una testigo clave, así como en garantizar un cuidado desarrollo de la participación de la misma en la reconstrucción. De igual manera el equipo de profesionales procedió cuando fue el turno de las niñas y niños testigos.

La orientación permanente y el apoyo psicológico fueron los pilares que permitieron un trabajo comprometido y eficiente, considerando las circunstancias y el contexto que este caso presenta. Durante esos días, participaron más de veinte testigos, entre familiares, vecinas/os y niñas/os.

La intervención en el caso “Guadalupe” motivó que el Programa en cuestión recibiera un agradecimiento y felicitación conjunta por parte del equipo de fiscales intervinientes. Entre los cuales figuraron: la Fiscalía Federal de San Luis, Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 32 de la Ciudad de Buenos Aires y la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX). En dicho agradecimiento destacaron “el profesionalismo, la calidad humana y el compromiso hacia la función que han demostrado las psicólogas convocadas”.

Para ir concluyendo y mientras comienza una nueva intervención de resonancia mediática en el caso “Escuela Yoga Buenos Aires” (EYBA) quiero agradecer a mis compañeras que han aportado material y vivencias para la confección del presente artículo: la Lic. Zaida Gatti, Coordinadora Gral. del PNR.; Dra. Carolina Alamino, co Coordinadora Jurídica; Lic. Griselda Tignino; Lic. Mariana Schvartz; Lic. Daniela Gasparini; Lic. Norma Mazzeo; Lic. Vanesa Lorenzetti y en ellas homenajear a todas las heroínas del Programa Nacional de Rescate que a través de su compromiso, dedicación, empeño y profesionalismo logran que personas que atraviesan situaciones traumáticas, de extremo dolor la pasen un poquito menos mal.

Por último, resulta importante poner de relieve que en octubre de 2021 el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, junto al Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) puso en funcionamiento el Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de Trata de Personas tras la firma de un contrato de fideicomiso de administración. En julio de 2022 se realizó el primer pago de la Unidad Ejecutiva del Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de Trata de Personas en concepto de reparación económica, a una joven que fue víctima de ese delito en la localidad santiagueña de La Banda.

Recuerde que ante una sospecha o duda de trata o cualquier tipo de explotación de personas puede comunicarse en forma anónima y gratuita con la línea 145, durante las 24 hs los 365 días del año.

 



[1] Abogado, co Coordinador Jurídico del PNR. Delegado sindical de UPCN Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. 

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