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01/03/33

 31/10/2022   482

Por Marcela Iellimo[1] y María Elena Alanis[2]

 

El presente artículo aborda la importancia de visibilizar las violencias contra las mujeres cometidas en los ex Centros Clandestinos de Detención durante la última dictadura cívico-militar en la República Argentina. Para ello relata la experiencia del Museo Sitio de Memoria ESMA - Ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio en la incorporación de la perspectiva de género en la transmisión de la memoria a través de las Muestras Ser Mujeres en la ESMA I y II.

 

Acerca del Museo Sitio de Memoria ESMA

 

En mayo de 2015, mediante el Decreto N° 1.133/15 se creó el Museo Sitio de Memoria ESMA – ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio, como un organismo desconcentrado en el ámbito de la Secretaria de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. La finalidad principal de este sitio de memoria es la de difundir y transmitir los hechos acontecidos a las víctimas del Terrorismo de Estado, ocurridos en el ámbito físico de su detención; así como sus antecedentes y consecuencias.

Dentro de las funciones del Museo Sitio de Memoria ESMA se encuentra la de desarrollar muestras permanentes y temporarias que den cuenta de los hechos sucedidos en ese espacio físico e histórico, contemplando la intangibilidad del edificio toda vez que el mismo es prueba judicial en la Causa ESMA, y fue declarado Monumento Histórico Nacional por el Decreto 1.333/08.

El Museo Sitio de Memoria ESMA cuenta con una muestra permanente que ocupa la totalidad de sus instalaciones con un sistema de dispositivos museográficos que evocan y aproximan los hechos que allí acontecieron a través de las voces de las y los sobrevivientes del terrorismo de Estado de la última dictadura cívico-militar (1976-1983). El recorrido consta de diecisiete salas que contienen dispositivos museográficos tradicionales y otros más contemporáneos basados en testimonios de sobrevivientes, documentos históricos de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP), el juicio a las Juntas Militares y documentación desclasificada por las agencias del Estado, entre otros archivos.

 

Ser Mujeres en la ESMA

 

Si bien la muestra permanente del Museo permite conocer, vivenciar y comprender lo ocurrido en el ex centro clandestino, a través de modos de representación que potencian la reflexión, el debate y la indagación, las nuevas y actuales demandas sociales requerían incorporar la perspectiva de género. A partir de allí, se comenzó un proceso de investigación, especialmente focalizado en los testimonios brindados por algunas sobrevivientes en los juicios sobre los delitos de lesa humanidad. Uno de los objetivos de ese trabajo fue poner en evidencia y visibilizar los distintos tipos de violencia perpetrada contra las mujeres secuestradas y la especificidad de la misma.

El resultado de este trabajo fue la Muestra Temporaria, Ser Mujeres en la ESMA, Testimonios para Volver a Mirar, basada en los testimonios judiciales de las sobrevivientes, sobre la violencia de género y delitos sexuales cometidos por el Grupo de Tareas de la ESMA.

Como producto de esta muestra temporaria, y a la luz de las demandas y reivindicaciones del movimiento de mujeres en el presente, la muestra permanente volvió a mirar el funcionamiento del ex centro clandestino de la ESMA pero ahora adoptando un enfoque de género.

La violencia hacia las mujeres al interior de los Centros Clandestinos de Detención fue una expresión más de la violencia ejercida masivamente por las Fuerzas Armadas y de Seguridad contra las y los militantes populares. También fue una expresión de las prácticas violentas que históricamente sufrieron las mujeres en la sociedad. Durante el cautiverio, la violencia no sólo se ejerció contra las secuestradas en tanto militantes políticas, sino también, y de modo específico, en tanto mujeres. Aun así, las mujeres desarrollaron acciones para sobrevivir. Algunas iniciativas individuales o grupales les permitieron cuidarse a sí mismas, también a otros y a otras, e incluso transgredir las reglas de juego impuestas por el centro clandestino.[3]

La violencia sexual padecida por las mujeres en los Centros Clandestinos de Detención fue invisibilizada y negada por el conjunto de la sociedad pero, sobre todo por la Justicia. Se subsumieron los delitos sexuales dentro de la figura general de los tormentos, lo que dejó en evidencia las prácticas y concepciones judiciales respecto del género.

En los testimonios brindados respecto de lo ocurrido durante el terrorismo de Estado las denuncias sobre violencia sexual fueron minimizadas, o directamente se culpabilizaba a las víctimas. Fue común referirse a las mujeres que fueron sexualmente esclavizadas, como colaboradoras que convivían con los perpetradores, como si hubiera habido en los Centros Clandestinos de Detención posibilidades de elegir. La cultura de la violación impedía comprender la especificidad de la violencia sexual en el contexto concentracionario.

En el año 2009 se promulgó la Ley N° 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que desarrollen sus Relaciones Interpersonales. Esta ley prevé distintos tipos y modalidades o ámbitos de las violencias hacia las mujeres. Dentro de las formas de violencia perpetrada en el ex Centro Clandestino de la ESMA se pueden mencionar: las agresiones verbales, como insultos, bromas, burlas, expresiones obscenas, comentarios y tonos lascivos; la desnudez forzada, requisas vejatorias, posturas y tratos humillantes, manoseos y otras formas de abuso sobre el cuerpo; las amenazas de abuso sexual y/o amenazas referidas al destino de sus hijos e hijas o de sus embarazos; el sometimiento a formas de esclavitud sexual, violación y aplicación de tormentos en órganos sexuales; los embarazos en condiciones inhumanas, inducción del parto, los abortos provocados por la tortura, la separación y la apropiación de los hijos e hijas.[4]

El desarrollo del Proyecto Ser Mujeres en la ESMA, Testimonios para Volver a Mirar, le permitió al Museo funcionar también como un lugar de encuentro para las sobrevivientes que pudieron mirarse, repensar sus historias y reflexionar desde una perspectiva feminista sobre las violaciones a los derechos humanos que padecieron durante su detención.

A partir de los resultados de esa muestra, en el año 2021 se comenzó a desarrollar el proyecto de la muestra temporaria Ser Mujeres en la ESMA II, Tiempo de Encuentros, en forma conjunta entre el Museo Sitio de Memoria ESMA y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), con financiamiento del Gobierno de la República Federal de Alemania, mediante la cual se profundizaron las indagaciones de la primera muestra y se buscó reflexionar sobre aspectos que no han tenido mucha visibilidad en nuestra sociedad: las consecuencias en la vida de las sobrevivientes después de salir del centro clandestino. Algunos de los interrogantes que orientaron la investigación fueron: ¿cómo reconstruyeron los vínculos familiares y sus proyectos de vida?, ¿cómo enfrentaron los estigmas de haber sufrido violencia sexual?, ¿cómo las afectó el silencio y la falta de escucha?, ¿cómo fue para ellas participar en los juicios?

Con Ser Mujeres en la ESMA II, Tiempo de Encuentros, fue la primera vez que el Museo trabajó en el armado de una muestra temporaria que no estaba basada solamente en testimonios judiciales, ya que la vida después de la ESMA no fue de interés para la justicia. Es así como desde el Museo se realizó una convocatoria a las sobrevivientes que quisieran dar testimonio en temas como su militancia, el silencio, el peso del estigma, la relación con sus hijos e hijas, la libertad, las relaciones humanas, entre otras; dieciséis mujeres sobrevivientes participaron de esta convocatoria. Este material, además de formar parte del acervo documental del Museo, se usó como insumo fundamental del armado de la muestra, dando lugar a tres piezas audiovisuales que son parte de la exhibición.

Dicha muestra, en primer término, aborda la violencia de género y sexual sufrida por las detenidas, las estrategias de supervivencia durante la detención, los vínculos de solidaridad y sororidad, la maternidad y el cuidado de sus hijos e hijas en la ESMA. Luego se relata cómo fue el momento de la salida del centro clandestino y su relación con la libertad, y, en esta dirección, se dispuso una instalación artística que aborda de modo conceptual las experiencias de vida que siguieron al cautiverio: la libertad como un proceso y una construcción, el peso del estigma, el exilio, el vínculo con las denuncias y el camino hacia la justicia, la participación política y la interacción con las luchas feministas.[5]

Es importante destacar que esta segunda muestra llegó al Museo como iniciativa de las mismas sobrevivientes y que se desarrolló en forma colectiva junto a sobrevivientes de la ESMA, hijas, académicas, investigadoras, museólogas, abogadas, funcionarias de distintos ministerios, operadoras judiciales, especialistas en temas de derechos humanos y género, activistas y artistas.

 

A modo de conclusión

Los compromisos internacionales e internos que Argentina fue asumiendo a lo largo de estos últimos casi cuarenta años de democracia, en materia de derechos humanos, y específicamente en materia de discriminación y violencia de género, sumado a la lucha constante del movimiento de mujeres por visibilizar las desigualdades de género y las violencias ejercidas contra ellas, fueron generando un marco social, legal y judicial más favorable a la escucha de los testimonios sobre las violencias, en especial la violencia sexual, que sufrieron las mujeres en los centros clandestinos de detención durante la última dictadura cívico-militar.

Como ya se señaló, la violencia sexual padecida por las mujeres en el período del terrorismo de Estado no constituyó un fenómeno aislado. Por un lado, fue una expresión de la violencia masivamente ejercida por las fuerzas de seguridad contra la militancia social y política y, por el otro, de una violencia de largo alcance que se expresó en el cuerpo de las mujeres.[6]

La experiencia de las muestras Ser Mujeres en la ESMA y Ser Mujeres en la ESMA II ha demostrado cómo las demandas sociales y políticas del presente nos llevan a interpelar al pasado, proponiendo una mirada de género y más inclusiva. Promueve así, un diálogo intergeneracional que acuerda en la importancia de considerar a la violencia contra las mujeres como una violación a los derechos humanos.

 

Referencias Bibliográficas y Normativa

·         Álvarez, Victoria (2018) Memorias y representaciones en torno a la violencia sexual en centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar argentina (1976 - 1983). Tesis doctoral. Facultad de Filosofía y Letras – UBA.

·         Memoria Abierta (2012) “…Y nadie quería saber. Relatos sobre violencia contra las mujeres en el terrorismo de Estado en Argentina”, Cuadernos de Trabajo, Buenos Aires.

·         Decreto N° 1.333 (19 de agosto de 2008)

·         Decreto N° 1.133 (15 de junio de 2015)

·         Ley N° 26.485 “Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que desarrollen sus Relaciones Interpersonales” (2009).



[1] Abogada, Trabajadora del Museo Sitio de Memoria ESMA, Delegada de UPCN.

[2] Curadora de la Muestra Ser Mujeres II: Tiempo de Encuentros, Museo Sitio de Memoria ESMA.

[3] Fuente: Ser Mujeres en la ESMA, Testimonios para Volver a Mirar. Museo Sitio de Memoria ESMA – ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio.

[4] Álvarez, Victoria (2018).

[5] Fuente: Ser Mujeres en la ESMA II, Tiempo de Encuentros. Museo Sitio de Memoria ESMA – ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio.

[6] Memoria Abierta, “…Y nadie quería saber. Relatos sobre violencia contra las mujeres en el terrorismo de Estado en Argentina”, 2012, p. 95.

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