“La verdadera democracia es aquélla en la que el gobierno hace lo que el
pueblo quiere y defiende sólo un interés: el del pueblo”
J.D Perón
SINDICALISMO: ÚLTIMA
BARRERA AL CAPITALISMO
SALVAJE
El último congreso mundial de la
ISP (Ginebra 2017) se celebró bajo el lema
“Los pueblos por encima del lucro”. Consigna que expresa claramente una lucha que
se viene llevando desde hace largo tiempo
entre los pueblos y, al decir del Papa Francisco, el “capitalismo salvaje” Lucha que,
a pesar de los cambios de los contextos
producto del desarrollo tecnológico, la crisis
en la relación del hombre con la naturaleza, la pandemia, la guerra, el orden mundial
inestable, por mencionar los más significativos, continúa siendo la misma: la lucha por
el poder. Unos con el propósito de dominar,
de acaparar, de explotar al prójimo y otros
persiguiendo justicia social, trabajo digno,
una mejor distribución del ingreso y una
mejor calidad de vida, entre otros anhelos.
Al respecto, podemos afirmar que ambos
contendientes, ambos bandos, están muy
bien definidos: por un lado la oligarquía
financiera internacional constituida de alguna manera en una plutocracia (gobierno
de los ricos) y, por el otro, los pueblos y sus
organizaciones.
Obviamente, en este escenario, hay una
multiplicidad de actores: gobiernos, empresas transnacionales, instituciones financieras internacionales (IFIs), ONGs, movimientos sociales y, por supuesto, organizaciones
gremiales, etc. que adoptan posiciones
funcionales a uno u otro contendiente según
cada circunstancia.
Es decir, un escenario muy complejo y cambiante que debemos observar con atención
para una adecuada toma de decisiones.
En ese sentido queremos agregar que la
plutocracia, a que hacemos referencia en
el párrafo anterior, en los últimos años no
ha encontrado grandes resistencias a sus
apetitos de incrementar sus ganancias
desmesuradamente aumentando irremediablemente la pobreza, el hambre y a la exclusión de millones de seres humanos. Por
otra parte vemos como dichos plutócratas,
se han disfrazado, a través de un sistema
propagandístico enorme y cuantiosos recursos financieros, de benefactores de la
humanidad. Vemos sorpresivamente que
las agendas de los grupos de Bilderberg1
,
Davos2
, por mencionar los más representativos, aparecen como progresistas en
temas como: ambiente, género, etnias,
aborto, entre otros, y financian a través de
mecanismos varios, gobiernos y ONGs3
.
Por otro lado, grupos que hasta hace poco
tiempo se decían revolucionario o anti-sistema, progresistas, socialistas, comunistas,
etc. parecen estar tan desorientados que, incluso al menos en sus discursos, han abandonado hasta la lucha de clases y comparten
las mismas agendas, y en muchos casos
desde la misma óptica y por consiguiente
llegan a las mismas conclusiones.
Así es que daría la impresión de que estamos en presencia de una suerte de “neoliberalismo progresista” y un “neoprogresismo
liberal” funcionales unos a los otros.
Por lo expuesto anteriormente, entendemos
que sólo los pueblos, a través de sus organizaciones sociales y libres del pueblo (sin
condicionamientos políticos ni económicos)
hacen frente a este sistema de opresión
descripto tan sintéticamente.
En efecto, las organizaciones libres del
pueblo, los movimientos sociales y, fundamentalmente, la clase trabajadora organizada y representada genuinamente por sus
organizaciones gremiales son la verdadera
oposición al sistema perverso e inmoral,
enunciado anteriormente, y, en definitiva,
la última barrera al avance corrupto del capitalismo salvaje.
UNIDAD, SOLIDARIDAD
y ORGANIZACIÓN
No parece difícil concluir que el movimiento
sindical en sus niveles: nacional, continental, como mundial constituyen la ONG más
importante del planeta en términos de capacidad para modificar o al menos resistir los
embates permanentes de la plutocracia global. De ahí los permanente ataques sistemáticos hacia dichas organizaciones. Ataques a
través de los monopolios de los “medios de
comunicación” (léase empresas de propaganda política al servicio de los intereses de
las grandes corporaciones internacionales),
de denunciantes y jueces corruptos, etc. atacando a la actividad sindical, los sindicatos y
a sus dirigentes. Proponiendo además toda
clase de políticas de fragmentación tanto de
las organizaciones como de las demandas
sociales. Con ese propósito promueven los
sindicatos por “empresa”, la constitución de
varias centrales sindicales, e incluso promoviendo a los llamados “autoconvocados”.
Asimismo tratan, y en muchos casos lo logran, de imponer sus agendas vinculadas
centralmente a cuestiones físicas como
raza, sexo, género, edad, un ambientalismo
ideológico4
, tipo de alimentación, etnia y
otros. Temas en los cuales debemos pensar
y actuar en defensa de los correspondientes
derechos, pero que no deben excluir cuestiones que deliberadamente se pretenden
ocultar como todo aquello que se relacione,
por ejemplo, con la cultura, la historia, la
identidad, los valores de la sociedad, su religiosidad, la justicia social, la distribución del
ingreso, la soberanía política y la integración
de los pueblos.
Está claro que ante esta propuesta de división, de debilitamiento de las organizaciones
sindicales, continuaremos oponiéndoles
nuestras firmes convicciones, nuestra incansable lucha por la justicia social y la felicidad
de nuestros pueblos. Les oponemos nuestra
unidad, nuestra solidaridad y el fortalecimiento de nuestros gremios a través de una
sólida organización capaz de pelear contra
el egoísmo, la codicia y la avaricia que nos
proponen quienes hoy detentan el “poder”.
LIBERTAD SINDICAL, DEMOCRACIA Y
PARTICIPACIÓN
Otro de los ataques sistemáticos que está
padeciendo, en particular el sindicalismo argentino es su modelo sindical. Algunas
veces a través de acciones más o menos
sofisticadas y otras mediante burdos y
caricaturescos “linchamientos mediáticos”,
pretendiendo instalar la idea de que en el
movimiento sindical argentino no existe la
libertad sindical, que carece de representatividad y que hay una escasa participación de
los trabajadores. Por esas razones algunos
iluminados han propuesto una “autoreforma
sindical” pretendiendo modificar el modelo
sindical argentino (y el otros países) invocando, a mi entender una pseudo libertad
sindical funcional a quienes nos combaten,
ideologizando un tema e ignorando deliberadamente que “la única verdad es la realidad”. En consecuencia, agreden la realidad,
agreden el modelo que ha dotado de un extraordinario poder a la clase trabajadora
y que le ha permitido lograr enormes conquistas por todos conocidas. Con uno de los
movimientos sindicales más representativos
del mundo por su tasa de afiliación gremial,
su participación, movilización y conciencia
social, de su propio destino y del destino
común de Patria Grande; con trabajadores
que, adicionalmente, mensualmente realizan
sus propios aportes a la organización. Podríamos concluir, en consecuencia, que los
trabajadores no votan a sus dirigentes cada
dos, tres o cuatro años, sino que los votan
todos los meses y que, además, pagan para
pertenecer; lo que denota, efectivamente, un
compromiso recíproco entre los trabajadores
y sus dirigentes.
Otro tema ,
que está lejos
de ser menor,
y que expresa
claramente la
participación
de los trabajadores, es la reforma estatutaria de
la CGT-RA realizada
en el último Congreso
Extraordinario5
con la
incorporación del 30%
de mujeres6, la inclusión de los movimiento
sociales y la creación
de nuevas secretarías
como la de Medio Ambiente. Decisiones que
fortalecen, sin lugar a dudas, al Movimiento
Obrero Argentino.
REFLEXIÓNES FINALES
Una primera reflexión (aunque para mí ya
es una convicción) es que el poder no radica en la plutocracia a que hice referencia
anteriormente sino que el poder radica en
el pueblo y sus propias organizaciones,
construidas libremente, con una genuina
participación y legítimamente constituidas.
Pueblo que, “con inteligencia y organización”, va construyendo su victoria, hecha
de pequeñas victorias.
Y, por último, y a propósito del título anterior,
me gustaría referirme brevemente a la frase
con que comencé estas breves reflexiones
y que está muy alejada de la idea demoliberal7
de la democracia. Me atrevería a decir
entonces, recordando una de las 20 Verdades del Justicialismo, que: “La verdadera
democracia sindical es aquélla en la que
los dirigentes hacen lo que los trabajadores
quieren y defienden sólo un interés: el de los
trabajadores”.
Y la Unión del Personal Civil de la Nación
(UPCN), nuestra querida organización,
nuestra casa, la casa de los trabajadores
estatales, en todos sus ámbitos y áreas de
trabajo, es un claro ejemplo de esto, lo que
nos enorgullece cotidianamente.
1
Club Bilderberg (130 miembros, “los más influyentes del mundo”) una suerte de “mesa chica” de Davos, cuyos socios activos son
“líderes globales”, miembros de la realeza, del sector financiero, dueños de grandes medios de comunicación y representantes
de servicios de inteligencia, entre otros.
2
Foro Económico Mundial (Davos, 3000 invitados, 1000 empresas más grandes del mundo) que actualmente trabaja con una
agenda increíblemente “progresista”. Davos son invitados adicionalmente presidentes, empresarios, miembros organismos internacionales, representantes de ONGs. y “líderes sociales” generalmente funcionales a quienes los invitan.
3
Como, entre otras, Transparency International, Amnesty International, Greenpeace, Open Society y sus respectivas redes por
ellos controladas, que pretenden manipular las agendas de naciones independientes, definir políticas en todos los terrenos y
hasta decidir derribar gobiernos mediante los llamados “golpes blandos”.
4
Centrado en cuestiones materiales, de recursos, y no en el hombre y su relación con la naturaleza, en la Casa Común.
5
11 de noviembre de 2021
6
En concordancia con la respectiva legislación nacional. Ley 24.012/91
7
Democracia liberal, representativa y en un estado de derecho. En contraposición a la democracia social (participativa) y a un
estado de justicia.
Federico Dávila*
*
Lic. en Comercio Internacional (UNLU). Especialista en Relaciones Internacionales (UNINTER). Diplomado en Economía Política
Argentina (UNLU/FLACSO). Subsecretario de RRII de Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN). Vicepresidente de la Internacional de Servicios Públicos (ISP). Director de la Maestría en Administración Pública de la Universidad del Salvador (USAL)