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 25/07/2022   743
Sube al Escenario: Alberto Sileoni 

Alberto Sileoni es abogado y profesor de Historia, actualmente es el Director General de Cultura y Educación en la Provincia de Buenos Aires. Dedicado a la educación de adultos desde 1975, acumula una larga experiencia en la gestión educativa. Luego de cinco años alejado de la función pública regresó como ministro bonaerense y nos brindó esta entrevista que ahonda en aspectos poco conocidos de él: su familia, el amor por la poesía, el fanatismo por Ferro, sus inicios en la política y su participación sindical. 

El sindicalismo 

¿Cómo fue su participación gremial? 
Tuve una participación gremial no muy extensa, pero sí comprometida en mi especialidad de origen que fue la educación de adultos. Formaba parte de la Dirección Nacional de Educación de Adultos, la reconocida DINEA, muy querida por educadores y militantes. De esa Dirección dependían centros educativos de nivel secundario, denominados CENS y centros terciarios (CENT) que eran comunidades muy resistentes en general, y de cierto activismo y conciencia política. Hacia el final de la dictadura, junto a otros compañeros y compañeras organizamos acciones para impedir que cerraran el servicio, objetivo con el cual amenazaban reiteradamente las autoridades; entre ellos estaba Daniel Filmus por nombrar sólo a alguien muy representativo. Con ellos organizamos la Asociación de Educadores de Adultos (ADEDA), que tuvo alcance federal y organizamos varios encuentros y actividades concretas. En esos años también participé de la conducción del SUTEN (Sindicato Único de Trabajadores de la Educación Nacional), en carácter de secretario del Área de Adultos. El Sindicato estaba dentro de la CTERA y funcionaba en la jurisdicción de la Ciudad de Buenos aires. 

¿Por cuáles gremialistas se sintió genuinamente representado en su época de docente? 
 En aquella época se destacaban varios sindicalistas, pero recuerdo especialmente a Mary Sánchez, con quien no tuve trato en esos días, pero sí una muy afectuosa relación posterior, cuando fui ministro nacional y ella continuaba su trabajo y su lucha en la Provincia de Buenos Aires, impulsando nuestro plan FINES de terminalidad educativa. 

Trayectoria educativa 

¿Cómo fue estudiar / trabajar / militar en la dictadura? 
Por supuesto que la última dictadura fue la etapa más oscura para nuestra Patria y para la educación. Y en lo personal me encuentra en mi doble rol de docente y estudiante. Me había recibido de abogado relativamente joven, y muy temprano advertí mi falta de interés por el ejercicio del derecho, mi falta de vocación de ser abogado. Los pocos esfuerzos que había hecho, fueron reiteradamente fallidos posteriormente fui Director y sufrimos las persecuciones de la dictadura, los aprietes, la vigilancia, algunos desalojos y amenazas. Nada, comparado con la historia de tantos y tantas argentinas, por aquellos años. Paralelamente a mi condición de docente, tuve la dolorosa experiencia de ser estudiante en la dictadura, ya que decidí estudiar Historia en la Universidad de Buenos Aires. Dolorosa por el miedo, la mediocridad, la presencia policial en las aulas y, salvo excepciones, la ausencia de ideas y de discusiones académicas que estuvieran a la altura de lo que se espera de una universidad pública. 

Gestión 

Durante el macrismo, en el Ministerio muchos trabajadores y trabajadoras resistimos duramente, algunos/as lo recordaban con mucha nostalgia, hasta armaron un altar escondido, con una foto suya y varias “ofrendas”, sé que se enteró de esto. ¿Qué pensó en ese momento? 
Conozco, aprecio y me emociona el afecto de las compañeras y compañeros del Ministerio. Es un sentimiento recíproco, ya que me siento agradecido y en deuda por el trabajo comprometido, profesional y a la vez militante de tantas y tantos compañeros que entregan su vida por mejorar el Estado. Nuestra gestión frente al Ministerio, por supuesto no fue perfecta, tuvo errores, y quizá hayamos cometido alguna injusticia con alguna persona. En todo caso, fueron episodios que no opacan un clima general y un espíritu de respeto, trabajo, crecimiento e implementación de políticas que nos llenaron de orgullo. El neoliberalismo no solo tuvo otros objetivos, sino que fue, por esencia, profundamente maltratador de los trabajadores, despreció el Estado y a sus agentes, los persiguió y los asfixió con normativas vacías; creo que por eso se notó aún más la diferencia de trato e ideología, y acrecentó la nostalgia de los compañeros y compañeras por lo que fue y perdieron. 

¿Volvió a la gestión pública? ¿Por qué? 
Fue un pedido del actual gobernador Axel Kicillof para continuar con la tarea que se vino desarrollando en la gestión de Agustina Vila, de revincular a los y las estudiantes que se han ido del sistema educativo. Este es mi gobierno, me representa, el presidente que junto con Cristina y Axel como gobernador son mi conducción, y seguiré trabajando para que no volvamos a retroceder de la mano de las políticas regresivas de la derecha. Estamos orgullosos de lo que pudimos hacer en nuestros años al frente de la cartera educativa nacional. No fue la tarea personal de nadie, sino de un colectivo amplio de compañeros y compañeras que pudimos interpretar el rumbo de un gobierno nacional y popular, y lo tradujimos en políticas educativas. Muchos logros ha habido y también muchos pendientes, que desafortunadamente el neoliberalismo no resolvió, sino que profundizó. Durante la pandemia, nos dimos cuenta de la importancia del Estado, de la salud y la educación pública, de la inversión, del trabajo a largo plazo. Si no hubiera sido por la incapacidad, desprecio y afán destructivo del gobierno anterior, el Programa Conectar Igualdad llevaría una década de implementación y sostenido crecimiento y en la actualidad estaría dando respuestas a millones de niños, niñas y jóvenes en todo el territorio de la Patria; lo mismo podría decir de la distribución de libros, construcción de escuelas, formación docente y tantas políticas educativas discontinuadas. El sistema educativo argentino, al igual que la sociedad debiera ser más igualitario, para poder lograr mejores aprendizajes, y garantizar la inclusión de todas y todos desde los primeros años de la infancia. Confío en que lo lograremos, a través de políticas sostenidas por gobiernos nacionales y populares sensibles a las necesidades de las grandes mayorías. Muchas veces dijo que el proyecto está sobre las individualidades, 

¿cómo se hace para sostener ese lema cuando está en la cima del poder? 
Siempre los proyectos políticos están sobre las personas. No conocemos otro modo de conducir que no sea horizontalmente, dándole voz a los compañeros y compañeras y entendiendo que no se puede caer en el vicio del individualismo. 

Política 

¿Desde cuándo es peronista? 
 Entré al peronismo desde la izquierda. Cómo confesó alguna vez Cristina, yo también voté a Perón en octubre de 1973 a través de la lista del Frente de Izquierda Popular (FIP), que lideraba Abelardo Ramos. Siempre voté al peronismo, y con el paso del tiempo lo pude comprender cada vez más; en ese sentido, el kirchnerismo terminó de poner las cosas en su lugar, porque logró representar muchas banderas que el peronismo clásico había perdido o desatendido (derechos humanos, entre ellas), y no dejó de tener sus raíces nacionales más profundas. Por eso tantos y tantas de mi generación se han sentido, y se sienten, tan cómodos ideológicamente en ese espacio político. No tengo dudas de que la gestión de Néstor y Cristina (las tomo como una unidad, aunque tienen diferencias), representa con mayor claridad y lealtad las banderas del peronismo histórico. Educación, salud, posicionamiento internacional, mercado interno, distribución de la riqueza, interés nacional, soberanía política, independencia económica, nacionalización de servicios públicos, reivindicación de la mujer y tantas cosas. 

¿Cómo fue su salto del aula/la escuela a la función pública? ¿Qué fue lo que llevó a tomar esa decisión? 
El salto del aula a la gestión pública se fue dando, diría naturalmente, por vocación y porque hubo compañeros que tuvieron la generosidad de pensar que podía asumir responsabilidades de conducción y gestión. Comencé mi gestión política como Director de Educación de Adultos de la Ciudad de Buenos Aires, y a partir de allí hasta el año 2015 asumí tareas de gestión política muy importantes en la Ciudad y Provincia de Buenos Aires y en la Nación. 

El otro lado 

Una trabajadora nos contó que lo encontró una vez en un espacio rockero, viendo la banda de su hijo tocar, ella se alegró de verlo allí y le intrigó saber cómo en esa época de Ministro podía administrar su tiempo para no perder de vista la familia. 
 Tengo cuatro hijos que se dedican con diferente intensidad a la actividad musical e integran formaciones y colectivos, y por supuesto, como todo padre cuando he podido los he seguido en sus presentaciones. Nada distinto a lo que hace cualquiera; sí reconozco que las tareas asumidas, a veces me impidieron estar todo lo cerca que hubiera querido estar. Así se dio. Sus nietos fueron al jardín que está en el Ministerio de Educación, fueron y van a la escuela pública. Más de una vez lo vieron retirando a su nieto como cualquier abuelo. Sí. Mis hijos han ido a la escuela pública y también mis nietos; dos de ellos fueron alumnos del Jardín del Ministerio, excelente institución con directoras, secretarias, maestras sensibles, comprometidas y muy buenas educadoras. La poesía tiene un lugar muy importante en su vida, sabemos que le gusta mucho, 

¿cual es el autor o la autora que más te gusta leer? ¿Escribe poesías? 
Si quiere enseñarnos una, nos encantaría. Es cierto, si algo he leído con sostenida insistencia desde mi adolescencia, ha sido poesía; me acompaña y me gusta mucho y creo que es un género que debe ser alentado en las escuelas, para que los estudiantes la escriban y la lean. Muchas políticas que hemos llevado a cabo en la gestión nos llenan de orgullo, pero una de las más representativas ha sido la distribución de la Colección de Poesía Juan Gelman. Más de un millón de libros de decenas de autoras y autores que llegaron a las bibliotecas de las escuelas argentinas. 

Por último, su pasión por Ferro es conocida ¿cómo surge? 
Dicen que los argentinos podemos cambiar en muchas cosas, menos respecto de las preferencias por una camiseta, por un club de fútbol. Mi amor por Ferro Carril Oeste la heredé de mi padre, que había jugado en el club, en las divisiones inferiores. Desde que nací soy hincha, he llorado de niño por sus descensos, he celebrado más tarde sus campeonatos y me duele que el equipo esté en la segunda división desde hace 20 larguísimos años. Me duele sobre todo por mis hijos y nietos (que también son hinchas) que todavía no han podido tener las alegrías que disfrutamos los más veteranos. Ya ocurrirá, tenemos confianza

Viviana Cialdella*
* Periodista, Secretaria de Acción Social UPCN Educación
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