Programa
Conectar Igualdad
El Ministerio de Educación de la
Nación, en el marco del Decreto
P.E.N. Nº 11/2022, ha relanzado
recientemente el Programa Conectar Igualdad (PCI), que fue de hecho
reconvertido durante el gobierno anterior,
cambiando su modalidad y nombre.
El programa consiste en la distribución de
computadoras en modalidad uno a uno,
es decir, una netbook por cada alumno y
alumna de secundaria y educación especial de las escuelas públicas y se propone
garantizar el acceso de las y los jóvenes a
las nuevas tecnologías que sin duda y con
la pandemia por COVID en medio, son una
herramienta fundamental para el desarrollo
y la producción educativa.
Además de la distribución de netbooks,
existe una plataforma digital asociada al
mismo programa con contenidos educativos
abiertos, creados colaborativamente por todas las provincias del país, y un sistema de
aulas virtuales para que las y los docentes
preparen sus clases por internet y accedan a
dichos contenidos e información educativa.
Conectar Igualdad tuvo su origen en el
año 2010 mediante el Decreto P.E.N. Nº
459. Al día 1 de julio de 2015 se habían
entregado aproximadamente cinco millones
(5.000.000) de computadoras en todo el país
y se construyeron unas 1428 aulas digitales.
El programa recibió distintos premios en
el extranjero y de diferentes organismos
internacionales, entre ellos una distinción
del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) y otro por la Cumbre
Iberoamericana.
La relevancia del PCI en la educación fue
evidenciada en diferentes investigaciones.
Por ejemplo, Alderete y Formichella (2016), en su estudio sobre una población de adolescentes de 15 años, encontraron diferencias
estadísticamente significativas en el rendimiento educativo promedio entre el grupo
de estudiantes participantes del programa y
aquéllos que no participaron. Asimismo, las
autoras dejaron planteada la necesidad de
explotar las potencialidades del programa
a fin de profundizar el uso y utilización de
las netbooks.
En relación al espacio del aula, investigadores del CONICET aseguraron que la llegada
de las netbooks a la escuela fue asociada a
una lógica lúdica y emocional y apreciada
como “ayuda” para las tareas escolares de
docentes y estudiantes (Benítez Larghi,
Lemus y Welschinger Lascano, 2015).
Otras investigaciones muestran resultados
positivos para las trayectorias laborales de
las y los jóvenes con mayor exposición al
programa, aumentando sus probabilidades
de obtener un trabajo, sostenerlo y mejorar
sus salarios. También una mayor probabilidad de inscribirse en el Programa de Respaldo a Estudiantes Argentinos (Progresar)para realizar una carrera universitaria o
terciaria. Finalmente, cabe mencionar que,
en noviembre de 2011, el Ministerio de Educación de la Nación -en colaboración con
varias Universidades Nacionales-, evaluó
los primeros resultados del PCI a través
de encuestas y entrevistas realizadas a
alumnas y alumnos, docentes y familiares.
Este relevamiento demostró el compromiso
y valoración las personas involucradas en
el desenvolvimiento del PCI, dando cuenta
que las alumnas y alumnos de los últimos
años de la escuela secundaria encontraron
un estímulo para terminar sus estudios y el
81,6% de las y los estudiantes encuestados
aseguró que a partir de la llegada de las
netbooks mejoraron sus habilidades en el
manejo de la informática.
El Programa fue diseñado como una política
de Estado y, por tanto, como un derecho que
debía permanecer para estudiantes y docentes de las escuelas públicas secundarias,
de educación especial y formación docente.
Sin embargo, ante el cambio de gobierno en
diciembre de 2015, el entonces Presidente
Mauricio Macri desactivó el PCI por Decreto
Nº 1239/2016. Producto de esta medida, la
entrega de netbooks quedó discontinuada.
Cuando en el año 2020 irrumpió la pandemia y el conocimiento del manejo de
aparatos tecnológicos
y la virtualidad se tornaron un requisito de
la vida cotidiana para
poder aprender, comunicarnos y vincularnos con
los otros, quedaron en
evidencia las desigualdades preexistentes con
relación a la brecha digital que el PCI tenía por objetivo saldar. La
falta de acceso a dispositivos electrónicos
(computadoras, notebooks, tablets o celular), su calidad, antigüedad, cantidad por
miembros del hogar, así como la falta o
inadecuada conectividad, introdujeron una
fuente adicional de desigualdad entre los
hogares de mayores y menores ingresos.
Las familias y estudiantes, especialmente
las más vulnerables, encontraron dificultades para continuar con su educación a
través de la virtualidad.
De este modo, el
gobierno de Alberto Fernández, debió actuar
rápidamente para garantizar el derecho a
enseñar y aprender. De inmediato, el Estado Nacional actualizó con nuevo software
y distribuyó cientos de miles de netbooks y
tablets que la gestión de gobierno anterior
había decidido no entregar. También se
implementaron múltiples mecanismos para
garantizar la continuidad educativa a pesar
de las restricciones impuestas por la COVID:
se pusieron en marcha plataformas digitales con contenidos educativos, transmisión
de contenidos educativos por TV pública y
radio, cuadernillos impresos para las y los
estudiantes que no pudiesen acceder a medios digitales y audiovisuales, etc. Además,
se coordinó con el ENACOM la gratuidad de
la navegación en la plataforma Seguimos
Educando desde los teléfonos móviles con todas las empresas prestadoras, se entregaron
netbooks y tablets en
distintas localidades y
provincias.
Ya desde diciembre de
2019, el gobierno nacional comenzó a reconstruir las políticas públicas de inclusión,
ponderando a los sectores más postergados
de la sociedad y apostando por la igualdad
digital, económica, social y cultural.
De esta forma, cada estudiante y docente
recibirá una netbook con aplicaciones pedagógicas para ser usadas en matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales
y lengua y para fomentar la creatividad a
través de la programación de videojuegos y
simulaciones, además de herramientas para
editar y producir textos, bibliotecas virtuales,
mapas, videos y secuencias didácticas.
Asimismo, se prevé la entrega de kits de
tecnología adaptativa especialmente diseñados para estudiantes de educación especial.
Indiscutiblemente, el acceso a las nuevas
tecnologías aparece como una necesidad
de primer orden para las infancias y juventudes de nuestro país para poder alcanzar
su pleno desarrollo.
El Presidente Alberto
Fernández apuesta a una política educativa
fuertemente ligada a la inclusión digital de
las y los estudiantes y a mejorar la infraestructura escolar y el acceso a la conectividad
y al equipamiento tecnológico. En este sentido,
anunció recientemente
su compromiso con un
importante incremento
de las partidas presupuestarias destinadas a
la educación.
Hoy, cuando se abre el
tiempo para la reconstrucción argentina, resulta importante recuperar la trayectoria del
programa Conectar Igualdad. Releerlo en su
experiencia para recuperar la enorme potencia que supo tener, observándolo como
un faro que sigue alumbrando en la apuesta
por una sociedad más justa e igualitaria, en
la que se garanticen oportunidades para
todos y todas.
Diego Barrera*
*
Trabajador de Conectar Igualdad. Delegado UPCN EDUCACIÓN