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Editorial Escenarios N° 53

 21/12/2021   711

Compañeras y compañeros, con este número celebramos el cumpleaños número 20 de Escenarios, nuestra revista, 53 números a lo largo de los cuales fueron desfilando por sus páginas el conocimiento, trabajo y aporte de los trabajadores del Estado, el pensamiento de hombres y mujeres del campo nacional, las novedades en el sindicalismo internacional, etc. Un gran esfuerzo colectivo enmarcado y conducido por nuestra Seccional de Trabajadores Públicos Nacionales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Desde un primer momento dijimos que aspirábamos a que los trabajadores sintieran que era su herramienta, su instrumento, para poner en valor y dar visibilidad a la formación profesional, entendida como el ejercicio de un conocimiento formal y empírico, de nuestros compañeros, no nos interesaba desmentir o confrontar a los tradicionales enemigos del Estado y sus trabajadores porque lo sentimos un debate inútil, sino simplemente producir pensamiento situado, desde los estatales argentinos hacia toda la comunidad.


Hoy,  que muchos de los artículos publicados son citados e incluidos en trabajos de tesis universitaria, en clases de esos claustros, tanto nacionales como extranjeras, pero también en redes, documentos sindicales, paneles de debate, etc., ha quedado demostrado en forma irrebatible que los trabajadores del Estado no son “grasa militante”, “ñoquis” ni “fracasados del sector privado”, sino un conjunto de mujeres y hombres altamente capacitados, con formación permanente y un elevado compromiso con su actividad al servicio del pueblo argentino.


En momentos en que se discute la incorporación de nuevas tecnologías y su influencia sobre los puestos de trabajo, propusimos en 1998 la creación de un Fondo Permanente de Capacitación y Reconversión Laboral, a fin de prever los nuevos perfiles laborales, las nuevas necesidades de formación, la adaptación de los puestos de trabajo a esas nuevas tecnologías. En el año 2006 lo reglamentamos en el Convenio Colectivo de Trabajo general para la Administración Pública Nacional, aprobado por Dec. 214/06, nada es casual.


Pero no conformes con su creación reclamamos que sus recursos fueran aportados no sólo por el Estado sino, en un 50%, por los sindicatos, porque era una responsabilidad de ambas partes su continuidad y funcionamiento, asumiendo, como gremio mayoritario el mayor aporte, la responsabilidad de ser mayoría.


Estos logros, junto a la creación de la figura de los auxiliares de capacitación, la Escuela Sindical para hacer lo propio con nuestros cuadros dirigenciales, el desarrollo del agrupamiento profesional en los distintos convenios sectoriales, fueron las acciones que demostraban una estrategia de profesionalización del trabajo estatal y la revalorización de las capacidades de sus trabajadores.


Esta revista nació, creció y alcanza su madurez concomitantemente con los avances alcanzados en esa estrategia, es parte indisoluble de la misma, exhibe sus avances y resultados. Por eso los veinte años que cumple son consecuencia de más de 35 años de un proyecto sindical que ha llevado a UPCN al lugar que se merece dentro del movimiento obrero organizado.


Ya que estamos con el tema, cuando este número llegue a sus manos se habrá llevado a cabo el Congreso Normalizador de nuestra Confederación General del Trabajo, vamos a él con la confianza y la esperanza de que la ansiada unidad definitiva del movimiento obrero sea su resultado, orgullosos de la decisión de avanzar a la igualdad de género en su cargos de conducción reconociendo a nuestras compañeras tantos años de compromiso y militancia y además de la participación de la UTEP, organización que nuclea a los trabajadores que, golpeados por años de crisis, han tenido que darse formas distintas dentro de la economía popular.


Es un paso estratégico, central, para llevar adelante el proyecto de la patria libre, justa y soberana, no hay ninguna posibilidad de ello sin el protagonismo de todos los trabajadores a través de las organizaciones libres del pueblo por excelencia, los sindicatos, desde allí debe avanzarse en los acuerdos políticos, sociales y económicos que saquen nuestra patria de la postración.


Es hora de dejar atrás formas y visiones políticas y económicas propias del coloniaje y la dependencia, pero eso es imposible sin poner por delante de todo la idea de la Unidad Nacional, para ello también debemos superar los ideologismos sectarios, nacidos de ideas tan foráneas como las otras, que nos envenenan el alma con su sectarismo y dividen amistades y hasta familias.


El pasado 18 de octubre fue una demostración maravillosa que el compromiso y la decisión de nuestro Movimiento Obrero sigue viva, que cuando se expresa lo hace con alegría, organización y esperanza, nada está perdido, sólo es necesario que la dirigencia, política, económica y social esté a la altura de su responsabilidad.


No menos contundente fue la expresión de nuestros compañeros en la inauguración del Sanatorio Itoiz de nuestra Obra Social, orgullo y satisfacción, porque saben que ese hecho es la continuidad de crecimiento y fortaleza de una obra social que nació, hace más de 25 años del desorden e ineficacia de varios institutos débiles y anárquicos y luego de un gigantesco esfuerzo se ha transformado en una institución modelo del sistema de salud.


Desde la aparición del número anterior, como vemos, se han sucedido hechos de fundamental importancia para todos nosotros, no lo es menos el proceso electoral que hemos llevado a cabo bajo modalidades inéditas en nuestra historia. La situación sanitaria y el regreso a la presencialidad laboral condicionaron estas elecciones, se llevaron a cabo en varios días, en diferentes horarios, todo con el único objetivo de renovar nuestra representación a través del voto de los trabajadores y generar un hecho movilizador, masivo y participativo, que además celebrara el reencuentro, el contacto cara a cara, luego de tantos meses, difíciles por cierto, de distanciamiento forzoso.


Elecciones en nuestras delegaciones y filiales, la marcha del 18 de octubre, el congreso de la CGT con sus reformas estatutarias y elección de Consejo Directivo son demostraciones inequívocas, indiscutibles, de la vigencia, fortaleza, vocación nacional, transformadora y protagonista, de un movimiento obrero argentino y un modelo sindical que son ejemplo para toda América.


No ha sido menos la actividad desarrollada por nuestra organización, plenarios sectoriales y generales, charlas y debates por zoom y presenciales, acciones comunitarias como la participación en el Plan Detectar y las Carpas Saludables, que están llegando a diferentes localidades de la patria, elaboración y aplicación de protocolos para el regreso ordenado a la presencialidad laboral, los roperos solidarios de nuestra Agrupación Peronista Blanca, una intensa presencia en todas las delegaciones regionales para encarar y desarrollar un proceso electoral concomitante con las delegaciones generales, la capacitación y formación de nuestros agentes de enlace de la Obra Social, así podríamos seguir enumerando acciones.


Vale un punto aparte para la negociación colectiva, después de años aciagos donde debimos privilegiar la defensa de los puestos de trabajo por sobre otras cosas, no sólo se pudo retomar el desarrollo de los institutos de carrera, de formación y promoción, la incorporación de nuevas licencias sino que se pudo poner en marcha un proceso de recuperación del salario y de jerarquización del empleo público que incluso sorprendió a muchos compañeros, no estamos en una situación ideal pero se ha avanzado mucho en esto también en medio de una crisis económica que lleva varios años y compromete a todos los argentinos.


En lo que hace a la labor con los profesionales no hemos descuidado ningún aspecto, seis números de esta revista, en estos dos años, manteniendo la periodicidad de tiempos normales, más de media docena de plenarios, la mitad en marzo y el resto en setiembre, nuestra participación en las Jornadas de Sociología, con doce delegaciones gremiales conformando dos paneles para exponer el trabajo de nuestros compañeros en pandemia, cursos y jornadas en colegios y asociaciones profesionales, así lo demuestran.


No podemos dejar de señalar el éxito de una actividad nueva, las charlas debate por zoom llevadas a cabo en conjunto con la Subsecretaria de Profesionalización de la Seccional Provincia de Buenos Aires de UPCN, veinte encuentros quincenales, desde mediados del año pasado,  con un promedio de entre 80 y 100 compañeros por actividad, nos comprometen a redoblar el esfuerzo y el año próximo seguramente iremos a encuentros presenciales, alternativamente en ambas jurisdicciones, con transmisión directa por las redes, aunando el calor de la presencialidad con la posibilidad de participación de compañeros de las localidades más lejanas, en un pie de igualdad, la tecnología bien usada sirve también para construir más y mejor organización.


Tratándose del número de cierre del año no se puede evitar la tentación del balance, de reflexionar sobre lo hecho, sobre los aciertos, errores y tareas pendientes, muchas veces en el vértigo de la acción no se cae en la cuenta de cuánto hemos hecho todos, en este año y de cómo esas mismas acciones ya perfilan la agenda del año próximo, junto a las nuevas actividades que vamos a encarar a partir de las propuestas, ideas e iniciativas de todos nuestros afiliados y de los compañeros que aún no lo son pero iremos a buscar para convencerlos de sumarse a este proyecto colectivo de los trabajadores estatales que se llama Unión del Personal Civil de la Nación.


Pero es momento que hablemos de este número de Escenarios en particular. A lo largo del año, continuando con nuestra convocatoria a la reconstrucción de un estado al servicio del pueblo, habían mostrado sus trabajos, proyectos y propuestas los compañeros de Salud y de Defensa, con la idea de no sólo dar a conocer las funciones y misiones que tienen esos organismos, sino la acción de sus trabajadores, nervio y sangre que da vida a esas instituciones.


En este caso los que asumieron esa responsabilidad son los compañeros del Ministerio de Desarrollo Social, área que está en el ojo del huracán de la política argentina desde hace años.


Hace unos años estos compañeros habían lanzado el Observatorio de Políticas Sociales Eva Perón, un espacio con la seriedad y profundidad que suelen dar los trabajadores a proyectos de este tipo.


Ahí comenzaron a analizar las distintas políticas implementadas en los últimos años para llegar a atender una herida abierta en el alma y la conciencia de todo argentino de bien, los millones de compatriotas que, víctimas de las políticas neoliberales que iniciara la dictadura en 1976 y no pudieran revertir los distintos gobiernos de la democracia, estabilizaran la pobreza y la miseria entre un 35% y el 42% actual, resultado de los desatinos del macrismo y la pandemia del Covid y sus efectos sobre el empleo y la actividad económica.


He aquí un ejemplo muy claro de algo que dijimos anteriormente, para los defensores del pensamiento neoconservador, esto es un “daño colateral” de la cuarta revolución industrial, este sector sostiene que el pleno empleo es un recuerdo lejano, que con las nuevas tecnologías muchos más trabajadores van a perder su empleo, que son los que no están capacitados para los nuevos tiempos, y que hay que flexibilizar los despidos, reducir salarios y derechos laborales para que las empresas sean “competitivas”, de las víctimas, que Dios se apiade de ellas, ya que además reclaman reducciones impositivas y por ende disminución de los recursos estatales para las políticas sociales.

Los sectores “progresistas”, fuertemente ideologizados denostan y denuncian esta visión pero no salen de tratar a estos compatriotas como un “objeto de estudio”, escriben ensayos, hacen monografías, congresos y seminarios, exclaman: “Hay que transformar los planes en trabajo genuino” pero son contadas con los dedos de una mano las acciones concretas para poner la cosa en marcha, más allá de pulsear con los movimientos sociales por el manejo de los recursos estatales para políticas concretas.


Los trabajadores de este ministerio, que han visto desfilar a unos y a otros, que saben del desánimo que causan las internas, las peleas por el poder y el manejo de los recursos para el “clientelismo”, decidieron poner esa experiencia y sus conocimientos para hacer un análisis del fracaso de ambos sectores pero lejos de quedarse en diagnósticos, evalúan acciones y hacen propuestas, que en lugar de quedar en el cajón de un escritorio ven la luz, en las publicaciones del Observatorio y ahora en las páginas de esta, nuestra revista, su revista, su herramienta para dar visibilidad a su actividad y saberes.


Esto, por lo tanto es lo que se refleja en Escenarios número 53, la de su cumpleaños, la del cierre de este 2021, tan lleno de avatares y situaciones.


Hemos dejado para el final nuestra opinión sobre la situación política nacional, en diciembre de 2019 sabíamos que el Frente de Todos era un espacio heterogéneo, con contradicciones internas, personales y de visión política, esperábamos dificultades porque además la situación del país era gravísima en todos los órdenes, con pobreza y miseria en niveles alarmantes, recesión económica, endeudamiento que comprometía un siglo de la vida nacional, con crisis de representación de las fuerzas políticas…y llegó la pandemia.


Creemos que el gobierno enfrentó de manera acertada esa emergencia, los niveles de vacunación actuales así lo demuestran, así como el haber logrado evitar la crisis del sistema sanitario, también tuvo aciertos en  2020 con el IFE y los ATP, para auxiliar a los trabajadores y empresas y para evitar un colapso mayor de la economía y a los sectores más pobres de la población.

También se llegó a un acuerdo positivo con los acreedores externos, quedando pendiente el acuerdo con el FMI, para cerrar ese otro frente de conflictos.


Han sido, sin embargo sus propios desacoples internos los que produjeron una mala calidad de la gestión de gobierno, lentitud en la implementación de decisiones y respuestas a temas acuciantes, un predominio de la agenda “progresista” en lo que se ha dado en llamar la ampliación de derechos que no permitió trabajar con todas las fuerzas en los “derechos preexistentes”, esto es si se habla de ampliar derechos es porque se da por supuesto la vigencia de otros: al trabajo, a la seguridad, a la educación, al salario digno, al empleo registrado; todo esto no muestra grandes avances y en algunas casos como la informalidad laboral, los problemas de la educación o la seguridad pública se han agravado.


Lamentablemente la propensión a poner en tapa de los medios los disensos, las diferencias internas y hasta los errores de gestión, nacida de los propios espacios de gobierno en muchos casos, agrava el enojo y la desesperanza del pueblo.

Esto se escribe antes de las elecciones del 14 de noviembre, una elección se puede ganar o perder, son los avatares propios de la democracia y no es para desgarrarse las vestiduras, el gobierno tiene dos años por delante para retomar el rumbo y estar a la altura de las expectativas con que se lo votó en el año 2019, hay gobernadores e intendentes que han triunfado en sus distritos lo que revela que el dolor de la pandemia, la actitud despiadada e incendiaria de la oposición o las campañas mediáticas no confunden a la totalidad del pueblo argentino.


El movimiento obrero organizado, en unidad y renovadas las autoridades de la CGT debe tener un rol principalísimo para fortalecer al gobierno frente a los ataques de las minorías del poder económico, pero también en la convocatoria junto a los sectores empresarios a un acuerdo económico social y luego a un acuerdo nacional con los sectores más sensatos de la oposición y ofrecer al pueblo tiempos de esfuerzo y trabajo pero con esperanza de un futuro mejor.


Convencidos de que esto es posible, decididos a hacer lo que esté a nuestro alcance para ello, en el entendimiento que nuestro pueblo ha sufrido demasiado para seguir angustiándolo con egoísmos,  pequeñeces e ideologismos estériles, es que los convocamos a trabajar como siempre, codo a codo y firmemente desde nuestra UPCN, a construir juntos, hermanados en la idea de que la política no es un fin en sí mismo sino sólo el medio  para el bien de la patria que es la felicidad de sus hijos y la grandeza nacional, que aprendimos de nuestro líder inmortal, Juan Domingo Perón, ese sueño que les debemos a éstas y a las futuras generaciones.

 

Que pasen unas muy Felices Fiestas, en el reencuentro con los seres queridos y

hasta el próximo número.

          

                                                                                            

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