UPCN Digital
Profesionales

03-02-109

 04/10/2021   1540

Andrés Rodríguez:

Queridas compañeras y compañeros, en primer lugar me viene a la mente realzar este tipo de encuentros. Ojalá, por supuesto como siempre decimos, que no pase demasiado tiempo para que podamos hacerlo de manera presencial, que es nuestra manera de intercambiar nuestro sentimiento, parecer y creatividad. Pero hasta que podamos, viene muy bien hacerlo por este medio, porque el debate se vuelve tremendamente necesario en este mundo de vorágine que estamos atravesando, con cambios tan vertiginosos y tantas realidades aceleradas, detenerse un poco a intercambiar líneas de pensamiento, ver de qué manera podemos engrandecer  nuestra querida patria, y por supuesto dignificar a nuestro pueblo, es tremendamente fundamental.

Por eso celebro este tipo de reuniones, que continúe el ciclo de charlas, entiendo que hay todo un programa desplegado durante los meses venideros para desarrollar varios temas importantes entre la militancia.

Dicho esto, por supuesto, hablar de la Confederación General del Trabajo es algo muy emotivo. No solamente por su historial tan rico a lo largo de los más de 100 años de la Argentina, (por supuesto, tomo como hito fundamental desde el peronismo) pero indudablemente el movimiento obrero y la CGT se organizaron mucho antes. Conocemos muchas versiones lógicamente de la historia de cómo se fue conformando el trabajo en la Argentina para tener Organizaciones de tercer grado que la vayan conduciendo. Pero el punto de inflexión más importante, donde toma cuerpo una CGT muy particular, con una idea política muy concreta, es en la venida del General Perón al gobierno. Esto es así y lógicamente nadie lo puede desmentir. Y a partir de eso, por supuesto, hay situaciones donde la CGT, desde su edificio emblemático ha desplegado un montón de cuestiones a lo largo de diferentes épocas. Pero siempre hay que destacar que la institución CGT vale más que sus dirigentes. La Institución CGT siempre fue un cuerpo colegiado, exceptuando en dos oportunidades donde el nombre y apellido de algún dirigente le sumó valor a esa institución, que fue el caso de José Ignacio Rucci y Saúl Ubaldini, el resto de las conformaciones que tuvimos en diferentes épocas, indudablemente marca a las claras que la CGT es un cuerpo colegiado. Y es así como debe funcionar, como funciona mejor, ¿cómo funcionan los gremios?, ¿qué son los gremios? son las organizaciones colectivas de los trabajadores, no decimos “tal grupo de dirigentes”, decimos la Organización Colectiva de los Trabajadores, qué es lo fundamental como para que desde la organización le demos entidad a un cuerpo que debe desarrollar acciones en beneficio de la gente. De esto se trata, y la CGT indudablemente, como entidad de tercer grado es fundamental en cualquier escenario. Estamos ante grandes desafíos actuales, por supuesto que voy a intentar por lo menos dar mi visión en cuanto a lo que hoy es el desafío hacia el trabajo.

De cualquier manera, en diferentes épocas es la Organización de los Trabajadores y sus diferentes jerarquías orgánicas la que fue dando respuestas importantísimas en la Argentina, y esto es lo que no podemos perder de vista. Ahora por supuesto en este presente, los que estamos conduciendo circunstancialmente la Confederación General del Trabajo, tenemos nuestros mandatos vencidos, y no nos sentimos cómodos, queremos realmente arrimar en breve a un congreso normalizador, en la medida en que circunstancias lo permitan, pero es importante que nuevamente revitalice como tiene que ser, una conducción elegida, como dicen los estatutos de la CGT, con un congreso confederal y a partir de ahí, esa nueva constitución de una conducción de la CGT empiecen a dar respuestas todavía mucho más efectivas a los desafíos. Indudablemente, que nuestra permanencia dentro de la conducción a pesar del mandato vencido, es simplemente por esta pandemia, por supuesto porque no vamos a abandonar la institución, la tenemos que seguir administrando y generando respuestas a un montón de cuestiones que tienen que ver con el mundo del trabajo. Pero ya estamos en marcha, claramente hemos conversado en el actual Consejo Directivo de la CGT, para que verdaderamente podamos convocar, si Dios quiere, hacia fin de septiembre o principios de octubre a un Congreso normalizador. Y es allí donde también se nos presentan nuevos desafíos interesantes, innovadores y cualitativamente importantes para conformar esta nueva CGT, o esta CGT que se avecina con una nueva conducción.

En primer lugar, más allá de cualquier concentración, es acentuar la unidad sindical. Es la unidad lo que permite también tener fuerza, tener potencialmente la posibilidad de desarrollar luego y desplegar acciones organizativas desde la marcha lógica de un cuerpo orgánico. Nosotros esa unidad la tenemos que fortalecer. Por diferentes motivos ustedes saben, históricamente, el Movimiento Obrero se compone de matices, a pesar de que la inmensa mayoría somos peronistas, se compone de matices, compañeras y compañeros que por diferentes realidades se van agrupando en denominaciones que van variando a través de las épocas, tal vez por razones a veces de afinidad en su actividad, por razones generacionales, por un  montón de factores esto es usual, siempre hubo matices distintos en la conformación del Movimiento Obrero. Pero lo antedicho, no quita que nosotros todxs apuntemos a fortalecer la Institución madre que es la CGT, por lo tanto en esa CGT deben confluir la mayor cantidad posible de gremios confederados, no solamente en constituir su conducción, sino también en participar de las diferentes cuestiones orgánicas que tiene el movimiento sindical; cómo son los plenarios de secretarios generales, el comité social confederal y congresos normalizadores. Pero de cualquier manera, toda esa afluencia debe tener como único acuerdo fortalecerse, así que la unidad es uno de los grandes principios que indudablemente tiene que acentuarse en esta etapa tan disgregadora, no solamente para la Argentina sino para el mundo.

La otra cuestión que estamos contemplando en el análisis, es que no va más una CGT exclusivamente con dirigentes hombres, tiene que tener una inclusión real de las compañeras dirigentes, porque eso le da calidad y fortaleza al movimiento sindical. Esta cuestión que ya la vivimos en los gremios, muy acertadamente fue desplegándose con los cupos de representación femenina, y debe trasladarse a la Confederación del Trabajo. La imagen de una CGT liderada por compañeras y compañeros dirigentes es tremendamente ya de por si importante, y por supuesto va a enriquecer la acción propia del Movimiento Obrero, no me cabe la menor duda. Ése es un desafío que en esta etapa tenemos que resolver claramente, con una incorporación como corresponde de un 50% de compañeras dirigentes representativas de sus respectivas organizaciones que conforman la CGT.

La otra cuestión que también es otro de los desafíos de la hora actual, es que nosotros tenemos que conciliar como corresponde a los trabajadores, tengamos o no tengamos formalidad, es decir, sabemos en esta etapa de la Argentina y de varios países hermanos la gran cantidad de informalidad laboral que existe, la gran cantidad de compañeras y compañeros desocupados; pero son fuerza de trabajo, nosotros tenemos que bregar para que no solamente esos compañeros en la lucha gremial logren el trabajo digno y formal, como tiene que ser, sino también, que sus representaciones naturales de esta etapa se incorporen al mundo de la Confederación General del Trabajo. Nosotros hemos conversado con algunos movimientos sociales para que esta integración pueda darse como corresponde, lógicamente respetando el estatuto de la CGT, pero de alguna forma que tengan una representación orgánica dentro del movimiento obrero, para que su opinión valga y para que podamos entre todos buscar la solución tan importante, que es que la mayoría de la gente tenga el trabajo como tiene que ser, digno, formalizado con todas las estructuras legales que tienen que existir en lo que es el mundo del trabajo. Por eso, éste es otro de los grandes desafíos actuales y quienes hoy integramos el secretariado de la CGT estamos predispuestos a ver cómo canalizamos esta realidad para la práctica y para que esta aceleración pueda darse de manera equilibrada, lógica para fortalecer los ideales del modelo sindical.

Por supuesto, aquí se abren después los grandes desafíos que tenemos en el mundo del trabajo, los desafíos que hoy tenemos que encarar en esta llamada Revolución Tecnológica tan impactante, tan fuerte como una ola avasalladora, pero también con grandes amenazas de injusticia y marginalidad. No es casual que este despliegue de la tecnología, esté cada vez más en riesgo de ser manipulado por elites, que tienen que ver con corporaciones internacionales relacionados con sectores que buscan el dominio de las grandes mayorías. Tenemos que romper esto, como siempre menciono, en el siglo XIX y principios XX, frente a la revolución industrial, no nos olvidemos que esa revolución fue terrible para esa época, si bien ahora todavía existen montón de injusticias en el mundo del trabajo, en aquella época las injusticias eran atroces, se pagaban con la vida de los trabajadores a partir de represiones violentas, realidades de explotación humana inconmensurables con excesos horarios, insalubridad y muchos factores; y fue la organización del trabajo, de los propios trabajadores lo que permitió neutralizar gran parte de esos ataques y la explotación de aquella época. Hoy tenemos que hacer lo propio, con una organización cada vez más sólida para que la tecnología esté al servicio de la humanidad. Si no logramos este paso cualitativo la tecnología va a ser otro elemento de dominio y nosotros indudablemente nos veremos sometidos a realidades impensadas en este presente. Por eso es muy importante que debatamos y nos organicemos para que esa tecnología esté el servicio de la humanidad. Esto es importante, lo dice fundamentalmente el papa Francisco cuando habla claramente de cómo no se puede considerar a los trabajadores en un mundo de descarte, esto es terriblemente pernicioso. Lo vemos también en el mundo con las grandes migraciones, perseguidas por el hambre, las guerras, por un montón de vicisitudes atroces; y nosotros debemos bregar porque realmente haya un mundo con más equidad.

Lo vemos incluso en esta pandemia frente a la hipocresía de los países desarrollados, cuando dicen que ellos tienen prácticamente la hegemonía de las vacunas, y esto es hasta escupir para arriba, porque no nos estamos dando cuenta de que, si la humanidad se tiene que salvar de una pandemia, se tiene que salvar integralmente, no a partir de unos pocos, porque eso no va a suceder. Esto tiene que ver además con otro montón de desafíos tan importantes como el cuidado de la naturaleza y del equilibrio ecológico. Estas pandemias se producen por la acción de la humanidad contra la naturaleza en muchos aspectos, no me queda ni menor duda. Hoy hablamos puntualmente de ésta porque es universal, pero hemos tenido pandemias de VIH, de Ébola, montón de epidemias locales y regionales que fueron afectando a gran escala países en nuestro mundo. Por eso esto tiene que ver también con el cuidado y la difusión del cuidado. Estas cuestiones se logran con la organización de la gente y las mayorías, no hay forma de posibilitar un avance en un sentido lógico y equilibrado, si no organizamos a las grandes mayorías, y fundamentalmente si no re-jerarquizamos la política como una práctica transparente y honesta de representatividad. No es casual que las corporaciones con el dominio del manejo financiero, el dominio de la tecnología y los monopolios de los medios de comunicación busquen desprestigiar la política. Permanentemente están intentando romper lo que significa la representación genuina que tienen los pueblos, y el derecho de elegir, el poder de cambiar lo que consideran, y a tener la participación y compromiso necesarios por el destino del país. Es fundamental que comprendamos esto, y es importante que nosotros rejerarquicemos esa práctica política. Para eso hay que trabajarla todos los días, un poquito más para acentuar la calidad de institucional que deben tener los pueblos. Los pueblos deben tener a partir del debate genuino de las ideas, de la creatividad de cada uno, la posibilidad de que las grandes mayorías marchen hacia organizaciones cada vez más importantes que puedan dar respuesta a estas cuestiones, tan acuciantes que hoy indudablemente tenemos en el presente.

Por eso yo insto siempre en otra cuestión: que a partir de la desjerarquización de la política surge la concentración de estas corporaciones, que es el vaciamiento de los estados. No es casual que en países como el nuestro tengamos estados debilitados, casi sin recursos, burocratizados incluso innecesariamente, con una suerte de formación elefantiásica que lo paraliza en lugar de ser eficiente hacia la comunidad. Pero esto no es casual, se debe a planes orquestados para desarmar esos estados, que pierdan protagonismo y que sea el mundo financiero el que maneje la realidad del planeta. Por eso nosotros debemos fortalecer los estados, porque el estado cumple un rol preponderante en una sociedad, es un regulador de la desigualdades regionales, de la desigualdades individuales, genera la contención de realidades que solamente las puede abarcar el Estado, como son la educación, la justicia, la salud, la seguridad, muchos factores. Esa fortaleza del estado, acompañada por una jerarquía de la política auténticamente representativa y las organizaciones libres del pueblo, como es el Movimiento Obrero, son las respuestas para esta larga guerra que desplegamos hace muchísimo tiempo, para que podamos ir ganando más batallas, que las que hemos podido sufrir. Porque esto es así, es una guerra y se mide por la cantidad de batallas que uno libra, no se trata de ganar de golpe, pero si nosotros afirmamos esta herramienta fundamental, que no la tienen las elites, sino las mayorías populares: que es saber organizarnos cada vez mejor para dar respuestas y tener criterios de valores, porque los valores no cambian por más modernidad que haya. El valor de la solidaridad, el valor de la unidad, de la palabra, del compromiso, de identificarse con una tierra, con una bandera, con una causa, estas cuestiones hay que permanentemente revitalizarlas, no podemos vivir en un mundo de computadores inmersos individualmente, con una invasión de egoísmo que indudablemente no nos va a llevar a ninguna salida.

Por eso me parece que dentro de todo este contexto que he intentado resumir, creo que la Confederación General del Trabajo, por su historia particular en la Argentina, por ser una Institución prestigiosa y de lucha que siempre ha tenido nuestro país, por representar genuinamente a los trabajadores y porque es la organización colectiva de los trabajadores, de tremenda importancia dentro del esquema organizacional de un país, nosotros tenemos que darle el valor que se merece a la CGT, que además lleva la memoria indiscutible y el sello particular de Juan domingo Perón y Evita. Esto es para nosotros algo muy claro e importante y no podemos dejarlo en manos de otros, ni que se diluya o se tire por la borda. Ésta es una cuestión que llevamos en nuestras espaldas y es el historial del peronismo. Así es que compañeras y compañeros, yo con esto creo que sintetizo el sentido de esta charla, y los insto a que todos los días trabajemos mancomunadamente y hermanados como tiene que ser, para fortalecer la organización del trabajo, ya que sin educación y trabajo no se salva la Argentina. Y ese trabajo lo merecen todos los argentinos, no un grupo. No nos podemos conformar con que, a lo mejor, tenemos el grupo de los trabajadores formales y después hay un montón de marginados sin trabajo y en la informalidad. Esto no es así, nosotros tenemos que tener un criterio como siempre hemos tenido, el solidario, tenemos que luchar para incorporar a la mayor cantidad de nuestra población al trabajo justo, digno, formal, con derechos como tiene que ser y seguir conquistando derechos; por supuesto, hay un montón de realidades por seguir batallando para que ese camino pueda ser verdaderamente fructífero. Así que con estas palabras dejo esta charla y por supuesto me someto luego a cualquier pregunta o duda que cualquier compañera o compañero pueda tener. Gracias

 

Héctor Daer:

Buenas tardes a todos y todas,

Andrés, la verdad que quiero decirte que permanentemente aprendemos, yo aprendo, y acabo de aprender un poco más con tu disertación, así que felicitar a los compañeros de UPCN por tomar la iniciativa y darle el contenido que enriquece, no es el contenido vago del discurso, sino el contenido que genera fortalezas intelectuales para tener bases más sólidas y organizaciones que sean capaces de contener, movilizar y adoctrinar a toda la masa de trabajadores.

Yendo un poquito a lo que es la CGT, Andrés vos la verdad es que diste un panorama estructural muy profundo de las necesidades de que exista una organización sindical que organice a los trabajadores, que tiene la historia que tiene la CGT, que tiene el compromiso político que tiene la CGT y que tiene esa gran apertura de mirada de ir más allá del peronismo y contener a todos los trabajadores. La CGT no es casual que sea distinta o que nuestro movimiento sindical sea distinto al resto de la región y que el resto de la mayoría de los países del mundo. Cuando nos hablan de setenta años para atrás, algunos dicen: hace setenta años arrancó la debacle de nuestro país y nosotros decimos, hace setenta años fue el quiebre de una Argentina pastoril a una Argentina que incorporaba a un sujeto nuevo, que era el trabajador. Lo incorporaba a la sociedad, lo incorporaba a la vida política y le generaba la posibilidad de expresar y ser parte de un debate político. Y a partir de ahí viene toda la incorporación de derechos que disfrutamos en estos días los trabajadores y trabajadoras y en este sentido es que también la CGT pasa a tener el rol fundamental  en la construcción de la sociedad de la Argentina, construcción con pilares sobre la seguridad social, sobre la educación, sobre la salud y, por sobre todas las cosas, sobre la construcción de un estado que, bien lo decía Andrés, cuando a veces nos dicen y nos hablan del estado ineficiente, del estado digamos siempre y permanentemente: el liberalismo nos habla de la destrucción del estado, porque ellos creen que el mercado es el que tiene capacidad de generar una armonización automática de una sociedad y nosotros pensamos diametralmente opuesta a eso. Pensamos en el rol del estado como aquél que pueda armonizar lo que nosotros llamamos este gran movimiento policlasista pero con un estado claramente que genere contención en favor de los que menos tienen y  derechos para los trabajadores. De hecho, el derecho laboral se llama tutelar porque nos protege y nos iguala al que tiene el poder. El que va a buscar trabajo tiene su intelecto, su fuerza, su capacidad profesional y el que se beneficia con ese trabajo tiene el dinero. Entonces, la proporción es desigual y para esto aparecen los derechos tutelares pero son imposibles de cumplir si no hay organizaciones sindicales sólidas y si no hay estados que garanticen el funcionamiento institucional de ese desequilibrio.

Transitamos los días más complicados de nuestra generación, ¿no? Sacando la dictadura que tuvo otras complicaciones, sacando el 2001 que tuvo otras complicaciones. Creo que de nuestra generación estamos transitando los días más complicados. Y es verdad que la CGT tuvo matices y demás, pero organizaciones con historia como son UPCN, como es a la que pertenezco yo, la Federación de Sanidad, como la UOCRA, como Comercio, como la UOM, organizaciones que fueron siempre pilares fundamentales y muchas más, por supuesto, siempre tuvieron una función de compromiso histórico en el sostenimiento del movimiento obrero con capacidad de organizarse. Y, si bien, atravesamos estos duros momentos, atravesamos el macrismo, atravesamos esta etapa de pandemia, la CGT tuvo la capacidad de generar estrategias comunes al resto de algunas organizaciones que tienen matices, que no hay que desconocerlo, pero generan todos los acuerdos necesarios para llevar adelante políticas que nos permitan sostener los sindicatos, los convenios colectivos de trabajo, la Ley de contrato de trabajo y las obras sociales.

Punto aparte, el tema Obra Social con las cuestiones del financiamiento, etc. también tiene que ver con los cambios que decía Andrés, ¿no? Hoy los trabajadores formales y aportantes al sistema son prácticamente la mitad de los que pensábamos y veíamos en los años setenta. Pero esa transformación también nos llevó a que el 22 de agosto de 2016, cuando en ese congreso planteamos que íbamos a tomar la agenda de los trabajadores formales e informales, porque es verdad lo que dice Andrés: Nunca dejamos de percibir al trabajador como sujeto, ser humano y como persona indispensable y eje de una sociedad: esté en la informalidad porque tuvo la desgracia de no conseguir trabajo o esté en la formalidad porque tuvo quizás mayores posibilidades de estudiar o de tocar un timbre y conseguir un trabajo formal. Pero ésta es la realidad que se nos marcó y ese 22 de agosto asumimos ese compromiso que madura culturalmente, como bien lo planteó Andrés, en una necesidad concreta de ir avanzando en incorporar a todos los sectores de la economía popular bajo el gran paraguas de la Confederación General del Trabajo. Y esto lo planteo en esta escalera porque también es una transformación cultural que tenemos que asumir y las transformaciones culturales a veces tienen más dinámica o menos dinámica, lo que sí tienen que tener claro es que estos dirigentes que hoy estamos al frente de esta CGT no tenemos duda de que el camino va en ese sentido, Otra cosa que dijo Andrés que yo me lo había anotado para hablarlo también, indefectiblemente tenemos que resolver una cuestión de género, la perspectiva de género porque la CGT tiene también que pasar a ser ejemplo hacia el resto de sus organizaciones confederadas, que este es un tema que lo tenemos que asumir con absoluta responsabilidad y tenemos que militar estas cuestiones de género. Y también debemos sumar otra perspectiva, que muy claramente lo dice el Papa Francisco, que tiene que ver con la cuestión ambiental porque proteger el medio ambiente no es simplemente poner en un partido verde o ecologista los conflictos y los deterioros ambientales que siempre afectan a los más débiles a los que menos tienen o a los que no tienen nada. A algunos los puede poner colorados pasar un día por arriba de un puente del Riachuelo y ver el Riachuelo, lo contaminante que es. Pero una cosa es verlo cuando uno pasa un puente y otra cosa son los compatriotas que viven a la vera del Riachuelo, con una vida absolutamente contaminada por el arsénico y todos los otros contaminantes tóxicos que tiene. Lo pongo como ejemplo para también discernir que no son cosas abstractas, que no estamos discutiendo poner diez árboles o talar diez árboles. Estamos discutiendo y preocupándonos por el futuro, algo que marcó Perón muy claramente en su momento sobre la vida del futuro y, que ese futuro que marcó Perón, es el que estamos viviendo hoy. Por eso, algunas luces aparecen en este camino cuando quienes mayor contaminación generan están empezando a plantearse también estos temas ambientales.

Pero para no irme, y volver un poco también al rol de la CGT es fundamental que los pasos y la perspectiva que tengamos hacia el congreso, en la incorporación de todos los debates que sean necesarios y en la incorporación y conformación de un espacio de conducción futuro que tenga la capacidad de incidir concretamente en esta nueva modalidad o nueva normalidad que se nos genera. Porque cada vez que aparecen crisis, y en esto también se pone la crisis de la pandemia, nos ponen al borde del abismo y nos dicen: O hay que retroceder o nos podemos caer al abismo. Retroceder significa cuando vienen por nuestros derechos y yo les quiero decir, más a allá de un dato personal, no es bueno que una institución como la UIA cambie a un empresario que tiene maquinas amuradas al piso por un abogado que, más allá de ser buena persona y no opinar sobre esto, tiene posicionamientos sobre intereses que no le son propios, porque él no tiene la maquina amurada al piso o no tiene que pagar miles de sueldos como sucede en las empresas. Entonces, esto también es una perspectiva que nos hace ver las discusiones que vienen, porque durante el macrismo tuvimos la posibilidad de, con una estrategia clarísima para todos a veces vapuleada, tuvimos la posibilidad de que no nos reformaran nuestros derechos laborales. Cuando hablo de reforma, hablo de retroceder en los derechos laborales pero eso, del otro lado, sigue en permanente vigencia, la ansiedad de venir y plantearnos que cualquier salida de una situación crítica tiene que ver con la pérdida de derechos. Cuando nosotros decimos, la informalidad nos da vuelta el guante y nos dicen bueno, pero la informalidad se genera porque hay mucha carga impositiva, y la informalidad se genera porque a alguno por ahí no le dan los números y si formaliza a sus trabajadores no puede vender una prenda textil en La Salada o lo que fuera. Pero esto es parte de un punto de caída que viene teniendo nuestra sociedad y como lo que está en discusión es la salida hacia una nueva y mejor normalidad, me parece que lo que tenemos que tener y consolidar es un movimiento obrero con debate, con todos los debates que sean necesarios, pero con una posición firme y monolítica de consolidación y de discusión, de todo lo que haya que discutir, pero de consolidación de un camino de país que tenga la posibilidad de tener una sociedad sustentable. Porque el mundo cambió, parecía hace dos años que la globalización era, irremediablemente, la transferencia de mano de obra de una punta a la otra del planeta y hoy vemos cómo los países empiezan a recuperar parte de sus cuestiones culturales y que hacían mucho del trabajo propio de cada país o de cada región y esto es lo que debe hacer Argentina.

Argentina debe volver a tener una perspectiva transformadora de las materias primas industrializadas y, por sobre todas las cosas, no quedarnos atrás de esta batalla de incorporación de conocimiento tan dinámica como es todo lo que tiene que ver con la nueva industria 4.0. Y seguramente se va a sumar todo lo que tenga que ver con la biotecnología que es el otro paso que está dando, un paso incipiente que todavía está dando el mundo y que, en nuestro país, ustedes lo conocen bien porque los científicos son parte del gremio de ustedes, son de absoluta calidad y jerarquía para poner a nuestro país en igualdad de condiciones del desarrollo en todas estas áreas.

Así que lo que nos queda por delante, en términos organizativos, es encontrar la mayor base de sustentación para nuestra CGT. Incorporar a todos los sectores que tengan una mirada común desechando las cuestiones y las mezquindades, porque a veces las mezquindades personales chocan con las posibilidades de los acuerdos. Pero, crean que es tal cual como lo dijo Andrés, estamos enfocados en realizar todos los consensos que sean necesarios para tener una CGT con la mayor base de sustentación política que podamos tener, para encontrar el poder necesario para cuando tengamos que debatir, tengamos detrás de nuestras espaldas el poder necesario para ser escuchados porque también hay una realidad: en la política, y no es que hablo en contra de la política, somos defensores absolutos de la política pero los políticos y las políticas terminan cerrando la acción política solamente alrededor de la acción de gobierno y es necesario que la acción política sea alrededor de las organizaciones políticas de una sociedad y no alrededor de un gobierno, porque si no nos quedamos sin debate político y lo único que hacemos es debatir la gestión. Y si debatimos solamente la gestión nos quedamos sin la creatividad necesaria para salir por arriba de las crisis que sistemáticamente tiene nuestro país.

Así que por supuesto, igual que Andrés, me someto a todas las preguntas que sean necesarias. Los felicito, nuevamente, y Andrés te felicito la verdad que tu disertación fue absolutamente didáctica y práctica, aparte de profunda. Les paso la palabra a ustedes.

 

¿Qué expectativa tiene la Confederación General del Trabajo con el funcionamiento del Consejo Económico Social que está convocado por el gobierno argentino?

 

La expectativa, por supuesto, no la podemos poner en tercera persona porque somos parte de ese consejo económico social. Creo, que es fundamental que un país que quiere pensar en mediano y largo plazo, tenga puntos de partida posibles, realizables y que se generen con el consenso necesario entre empresarios, trabajadores, intelectuales y que eso, de alguna vez y por todas, se pueda poner en marcha. Muchas veces uno capilariza ideas, las discutimos, las conversamos, las abrazamos, las llevamos, las discutimos con funcionarios y lo que pasa habitualmente es que siempre choca con la realización de las cosas. Entonces, tener la posibilidad de un lugar de encuentro donde discutamos el mediano y largo plazo, saquemos la coyuntura propia de puja distributiva que tenemos a diario, nosotros en cada una de nuestras actividades, pero pensar ese mediano y largo plazo es fundamental. Se han dado pequeños pasos, es todo muy rápido todavía, pero nosotros tenemos gran expectativa y aparte es un reclamo histórico del movimiento obrero porque termina siendo la concreción del diálogo social. El otro día inclusive el propio Andrés se lo dijo y lo reconoció en la reunión que tuvimos con el Presidente, estaba también Gustavo Beliz, sobre la dinámica que se le puso y por supuesto, como de la misma manera que lo venimos reclamando hace mucho, los gobiernos anteriores nunca quisieron abrir en un ámbito de trabajadores y empresarios la concreción de proyección de futuro. Por eso,  si continuamos dándole la dinámica, la fortaleza y la preponderancia a este espacio que con un perfil muy bajo, ustedes habrán visto que tiene absolutamente perfil bajo, que no aparece nunca en la tapa de los diarios , pero sí que funciona mucho. Y la expectativa es, repito, para nosotros  el dialogo social por excelencia más allá del diálogo primario que es el Convenio Colectivo.

 

¿Sería posible recrear en la CGT una escuela de formación sindical sin prejuicios hacia las que funcionan en cada organización gremial?

 

Por supuesto que sí. Yo les voy a dar una cosa muy subjetiva. Si ustedes agarran los actos previos al 24 de marzo de 1976, en todos los actos las banderas decían CGT. En la vuelta a la democracia se generó una autonomía producto de que el primer gobierno la vuelta de la democracia no fue peronista, creo que eso es un momento, una cosa fundamental para analizar, las organizaciones sindicales fueron resolviendo en su relación con las distintas áreas de gobierno sus cuestiones. Y eso llevo a que la CGT tuviera un rol político de discusión y que se les agregara muchas de estas cosas. Por supuesto, uno de lo que lo incita a los jóvenes, uno habla… Yo me tomo el laburo de hablar bastante con los pibes de la juventud sindical y lo primero que les pido es sean transversales a todos los quilombos de las organizaciones sindicales, porque si no nunca vamos a construir el futuro de un movimiento en el que los matices sean la mínima presión. Pero bueno, yo creo que es lo ideal porque nos encuadraría mucho más en los puntos fundamentales que tienen que ser comunes a toda la dirigencia sindical. Porque los matices pueden ser grises pero lo que no debemos perder nunca es que estamos todos parados en la misma vereda y miramos con el mismo prisma. Nosotros tenemos intereses concretos que no pasan ni en el debate político ni en otros estamentos de la sociedad. Nuestros intereses son la reivindicación y los derechos de los trabajadores que se realicen en un país, hay otros que tienen que administrar esos intereses pero me parece que es fundamental y yo creo que a lo que dijimos, al tema ambiental, al tema de género, al tema de la economía popular, tendríamos que agregarle el fortalecimiento dirigencial a partir de la formación, repito, después que cada uno lo forme con la idiosincrasia cultural de cada sindicato pero lo que formados de ahí lleguen a dirigentes sepan que hay conceptos inalienables que hay que sostener.

 

Yo simplemente agradecerles, uno siempre sale enriquecido de estas cosas. Agradecerles y felicitarlos.

UPCN Copyrights © 2018 Todos los derechos reservados.