Cultura

MUJERES PROTAGONISTAS DE LA INDEPENDENCIA

 08/08/2012   14024



"LA INDEPENDENCIA NACIONAL"

      En el mes en que se recuerda la independencia, la seccional Salta no quiso estar ausente de dicha celebración para lo cual rendiremos homenaje a esa personas anónimas que siempre estuvieron esta luchan por la soberanía de nuestro país, va nuestro homenaje a todas esa mujeres que acompañaron en todo momento de una forma u otra nuestros soldados, gauchos y lideres de esta gesta.
      Se destacaron las mujeres de todas las clases sociales. Hubo mujeres que salieron a guerrear, otras las hubo, que permanecieron en sus hogares pero obsequiaron bienes y vituallas para las tropas patriotas.
  Un tercer grupo pudo darse el gusto de entregar directamente el dinero, muchas cosieron uniformes y banderas, siguieron al ejército y cocinaron, curaron a los  heridos y enterraron a los muertos tras cada combate.
  Algunas se disfrazaron para inmiscuirse entre los adversarios y obtener información; las damas de mejor posición hicieron lo mismo valiéndose de su encanto y condición de mujeres. A las informantes se las llamó bomberas.
      ¿Recuerdan que en la escuela nos hayan hablado de presencia de mujeres?
      Todas las mujeres que participaron de un modo u otro en la contienda independentista han quedado, en general, en las invisibilidades por la sociedad y la historiografía.
      Salvo escasísimas excepciones, la historia fue escrita por los varones; pocas mujeres en América Latina lo hicieron, y más bien ello ocurrió a través de la novelística y la cuentística. Por suerte, muchas cosas han podido ser rescatadas a través de la tradición oral y hoy es posible acceder a su conocimiento.
Recordamos aquí no sólo a las famosas o socialmente destacadas, sino a TODAS, en especial a las anónimas, Sin embargo, sería injusto dejar de nombrar a:

MARTINA SILVA DE GURRUCHAGA,
MAGDALENA GÜEMES DE TEJADA (Macacha),
CARMEN MARGARITA PUCH DE GÜEMES,
MAMA GABRIELA,
MARÍA REMEDIOS DEL VALLE ROSAS,
LORETO SÁNCHEZ PEÓN DE FRÍAS
MAGDALENA DE GOYECHEA Y LA CORTE DE GÜEMES/TINEO,
JUANA MORO DE LÓPEZ


MARIA MAGDALENA DAMASA o DAMASIA GUEMES DE TEJADA, conocida como MACACHA, fue la tercera hija del matrimonio de Gabriel Güemes Montero y María Magdalena Goyechea y la Corte. Es decir, la que seguía a Martín.
Desde la revolución se interesó en política. Se la tenía por mujer inteligente, de buenas maneras y carácter alegre y afable. Llena de clemencia, por lo que los enemigos de su hermano la buscaron como refugio varias veces.
Verdadero ministro de su hermano, su confidente y paño frío durante los momentos de mayor furor militar y político. Montaba a caballo y recorría las filas de las milicias, arengando a la tropa. Fue la confidente de Güemes, quien no tuvo secretos para ella.
Nacida el 11-12-1787 en Salta, joven se casó con Román Tejada; murió el 9 de junio de 1866, cuatro años después que su marido.
Después de morir su hermano siguió participando activamente en política.

MARTINA SILVA DE GURRUCHAGA, hija de Marcelino Silva, escribano de gobierno, y de María Isidora Fernández de Córdoba. Nació el 3 de noviembre de 1796 y se casó con José de Gurruchaga en 1810.
Alojó a Belgrano en su casa de Cerrillos y junto con su esposo, donaron  a éste distintos pertrechos.  Con la tela que más abundaba en la tienda de su esposo, confeccionó, ayudada  por otras damas, uniformes y ponchos azules para un gran grupo de soldados que preparó, y con los cuales apareció durante la batalla de Salta, sobre las Lomas de Medeiros, ayudando a ganar la batalla de Salta. Belgrano la llamó capitana. En 1820 donó 2.000 pesos para las vacías arcas de la guerra.
Murió el 19 de marzo de 1874, muy pobre. Los últimos tiempos de su vida cocinaba masitas salteñas y salía a venderlas por la calle. La guardia, al verla, solía cuadrarse.
Todas las tardes rezaba con sus hijas el rosario, y les advertía que no hay que perder el tiempo en operías. Ya era viuda al morir.

MAGDALENA GOYECHEA Y LA CORTE, madre de Güemes, nació en Jujuy, siendo descendiente del fundador de Jujuy, don Francisco de Argañaraz y Murguía. A los 15 años se casó con Gabriel de Güemes y Montero y tuvo su primer hijo en Jujuy. En 1785, al nacer Martín, ya estaban en Salta. Enviudó en 1808. Tiempo después fue desposada por Tineo, matrimonio del que dio a luz a Cupertino, vástago que murió siendo pequeño.
Perdió a tres hijos en la guerra de la independencia: Martín (1821), Gabriel (1820) y Benjamín (31-05- 1822). En dicha fecha, abogó para que la ciudad de Salta no fuera incendiada.
MAMA GABRIELA fue la nodriza que crió a Carmencita Puch y la acompañó hasta su muerte. Ella es la que ha relatado la famosa fuga de la esposa grávida y los dos hijitos (Martín, 3, y Luis, casi 1) del general gaucho, en 1820, perseguidos por el enemigo. Mama Gabriela también hizo ese viaje de pesadilla. Era la primera a quien el
Prócer visitaba al llegar a Salta. Murió casi centenaria, en 1883.

MARÍA LORETO SÁNCHEZ PEÓN DE FRÍAS
Hija de Ramón Sánchez Peón y de María Antonia Ávila, nació el 3 de enero de 1777 en Salta. Se la considera el eje principal de una trama femenina que actuó a favor de la causa patriota.
Cocinaba pan y, llevándolo en una cesta, disfrazada de humilde vendedora, entraba en el cuartel de Jujuy a la hora de pasar lista. Dos bolsitas para echar maíz llevaba en su cintura: una por ausente y otra por presentes. Su ingenio puesto al servicio de apoyar con datos a las milicias patriotas: algarrobo junto al río Arias, comunicación con coronel Burela mediante partes puestos por sus criadas al ir a lavar, dentro de hueco disimulado.
"Correo de la guerra gaucha": 1817, expedición a Valles Calchaquíes, baile de La Serna. Montó a caballo para transmitir el cambio de planes. Lo hizo repetidas veces, y solía llevar información, disfrazada y montada, a la guardia del Cerro San Bernardo.
Se había casado con Pedro José Frías el 13 de octubre de 1805. Ocultaba los papeles con comunicaciones en el ruedo de su larga pollera.
Tuvo dos hijos, Eustoquio y Pedro José Frías, militares. Murió el 10 de agosto de 1870, a los 92 años y 7 meses

MARGARITA (o MARÍA) DEL CARMEN PUCH DE GUEMES nació el 21 de febrero de 1797, hija de Domingo Puch y Dorotea de la Vega Velarde. Desposada en julio de 1815, tenía frescos 18 años. Se dice que el suyo fue un amor de mentas.
Tuvo tres niños: Martín en 1817, Luis en 1819 y el 31 de julio de 1820, Ignacio, que murió al año siguiente, luego de su padre.
Mediadora de alma, fue la mujer que sostuvo a un gigante humano en épocas difíciles, porque se casó ya siendo gobernador su marido, y los seis años transcurridos hasta quedar viuda, el 17-06-1821, vivió perseguida junto con sus hijos, escondiéndose de los enemigos. Se cuenta que cuando conoció la muerte de Martín, sin haber podido estar a su lado, enloqueció y quedó muda y recluida hasta el 3 de abril de 1822, fecha de su propia muerte (25 años). En verdad nunca se recuperó y eso y su tisis la mataron.

MARIA REMEDIOS DEL VALLE
Fue la única mujer admitida por Belgrano en su ejército y que le había conferido el grado de capitana por su arrojo y valor. Mitre no podía permitir que una mujer fuera madre y soldado, heroína y negra, benemérita y pobre, todo a la vez, y por eso no la historió.
María Remedios del Valle no sabía nada del Gral. Mitre cuando, durante las invasiones inglesas, decidió guardar las mochilas de los soldados del Cuerpo de Andaluces que necesitaban aligerar la marcha hacia los Corrales de Miserere (hoy Plaza Miserere, en el Once). Tampoco el 6 de julio de 1810 cuando se sumó, junto a su marido y sus dos hijos, a las filas del Ejército Auxiliar del Norte, donde hizo cuanto pudo y le dejaron.
El 23 de septiembre de 1812, en la víspera de la batalla de Tucumán, se presentó ante Belgrano y le suplicó que la dejara asistir a los heridos que se amontonaban en las primeras líneas. Belgrano se negó: el campo de batalla, no era cosa de mujeres. No tuvo en cuenta que el ansia de la libertad no sabe de géneros. Remedios del Valle actuó en la retaguardia desafiándolas órdenes del general. Pronto se convirtió en leyenda entre la tropa, que comenzó a llamarla la Madre de la Patria. Belgrano terminó cediendo: fue la única mujer admitida en su milicia. María Remedios perdió a su marido y a sus hijos bajo las balas enemigas, pero se destacó en las batallas de Salta, Vilcapugio y Ayohuma. Tras la derrota, cayó en manos españolas. Tenía seis heridas de bala en su cuerpo y fue azotada en público durante nueve días. Cada azote abría una rajadura
hasta el hueso, por donde avanzaba un ejército invisible de gérmenes y bacterias. Infecciones que, al final, ahorraban munición a los realistas.
Sobrevivió al castigo y burló el cerco, para volver a pelear. Tras la revolución, quedó apenas un mito andrajoso, encorvado y mendigante, envuelto en un manto de payetón, que ofrecía pastelitos en la Recova (Plaza de Mayo), paupérrima, 60 años.
En una ocasión la reconoció el Gral. Juan José Viamonte, como Madre de la Patria, y la instó a pedir una pensión. María Remedios lo hizo. El 11-10-1827 los diputados de la Provincia de Buenos Aires lo trataron, aunque recién el 18 de julio de 1828 volvieron a trabajar sobre el pedido. Esa noche Tomás Anchorena aseguró: "Es una mujer singular; no había acción, en que ella pudiera tomar parte, que no la tomase, y en unos términos que podría ponerse en competencia con el soldado más valiente. El título de Capitana del Ejército se lo dio el General Belgrano y lo oí ponderar su oficiosidad y esmero". Le dieron una pensión de $30, retroactiva.
 Murió sola el 8 de noviembre de 1847, después de haberse cambiado el nombre por el de Remedios Rosas, en reconocimiento al gobernador Juan Manuel de Rosas, quien la había ascendido a Sargento Mayor, en 1829.

JUANA GABRIELA MORO AGUIRRE  DE LÓPEZ
Jujeña, 26 de marzo de 1785. Hija de Antonio Moro Díaz y Faustina de Aguirre Portal.
En 1803 se casó con el capitán salteño Gerónimo López, disfrazada de gaucho joven e inocente, circulaba por Jujuy y Orán, plazas infectadas de enemigos, trayendo y llevando nuevas para los patriotas, ya que era muy conocida en esos lugares.
En una ocasión la emparedaron en su propia casa, sellando la puerta, para tenerla segura y para que pereciera de hambre. Los vecinos, aunque realistas, hicieron un boquete y le pasaron alimentos. Tradición de la propia Juana Moro, a su cuñado Ángel López.

Los aportes materiales que estas mujeres dieron fueron:
Tiempo
Dinero
Animales, cosecha
Armas y municiones

Aportes emocionales:
Pasión
Compasión
Dedicación
Amor a la causa
Entusiasmo

Aportes invisibles
Amor a la libertad
Generosidad
Espíritu de sacrificio
Valentía
Férrea convicción en la causa de la libertad
Fe  en si misma
Fe en Dios
Aceptación de sus vidas personales
Astucia femenina

¿QUÉ IMPACTO FUE EL SUYO EN LA SOCIEDAD DE LA ÉPOCA?
Revolucionaron el orden social de género, de distintas maneras:
Según la clase social,
Según los recursos económicos.
Bregaron, desde diferentes niveles, por la "primera emancipación".
Pero volvieron a sus vidas anteriores, una vez que terminó la revolución.

Agradezco la colaboración para este trabajo a la Dra. Violeta Herrero, quien si sus aportes de campo no habrían sido posibles este articulo.

Fuiente: Gloria A Mamani
Subsecretaria de Cultura
UPCN Seccional Salta
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