Cultura

Misiones, la patria selvática

 03/11/2016   1323

Homenaje a Carlos Giambiagi 

?En la selva enriquezco mi imaginación. A esto le doy importancia capital. Ahondando en mi espíritu, posiblemente encuentre esto: lo particular, este país, este árbol, esta piedra; no me importa nada, sino en cuanto puede ser el signo, el medio de comunicar mi pensamiento. Como pintor porque siento el espacio y la luz... y, sobre todo, me son expresivas y vivientes sus armonías?

Carlos Giambiagi

La Unión del Personal Civil de la Nación, UPCN Seccional Misiones y el Parque del Conocimiento, lo invita a la apertura de la muestra Misiones, la patria selvática. Una exposición que profundiza en la historia del paisaje misionero con un homenaje a Carlos Giambiagi, pintor vinculado a la vida y obra del escritor Horacio Quiroga y con pinturas de Florencia Böthlingk, Raúl Prieto y Raúl Monsegur.

Acompaña ésta presentación de Erica Vega y performance del Grupo IMIX con la participación del Actor Leandro Giménez.

La inauguración se llevará a cabo el Viernes 11 de Noviembre, a las 19 horas, en Sala 2 del Centro de Arte.

Carlos Giambiagi y Horacio Quiroga

Pintor y grabador. Carlos Giambiagi nació en Salto (Uruguay), el 11 de junio de 1887. Falleció en 1965, en Buenos Aires. Se radicó en Argentina en 1905 y optó por la ciudadanía en 1942.

Habitó - como Quiroga -  el mismo sótano de la calle Canning, en Villa Crespo, Buenos Aires;  levantó, al igual que él, su casa en San Ignacio, con sus propias manos; ilustró sus cuentos con xilografías; incluso llegaron a ser socios. Según el artista plástico Hugo Griffoi, quien fuera su discípulo, uno de sus rasgos singulares es ?el de haber vivido largos años ?más de 30? en la selva misionera, en San Ignacio, adonde llegó por los entusiastas consejos de Horacio Quiroga. Juntos pasaron algunos períodos y para poder subsistir emprendieron quiméricas industrias: destilación de alcohol de naranjas, dulces y otras semejantes... que fatalmente terminaban en lánguidos fracasos.? 

Evocar a Carlos Giambiagi, aún no comprendido en su verdadera dimensión, resulta interesante por el valor de su obra y la riqueza de su pensamiento. A su vez, cabe destacar que se trató de un hombre solidario. En sus comienzos participó en el sindicato de artesanos del vitraux y cooperó en los esfuerzos de los obrajeros misioneros, los mensú. Fue amigo de Marcos ?Sarambí? Kanner, anarquista y reivindicador de los tareferos en Misiones, a quien apresaron en casa de Horacio Quiroga donde pasaba sus vacaciones.

Mientras sus contemporáneos iban a estudiar a Europa, Giambiagi buscó nutrirse en el interior del país. Allí comienza a elaborar su estilo, a partir de la observación de la naturaleza y la reflexión constante. ?No se me escapa que otros pintores pintan sin razonar tanto. Sin embargo, es imposible que los buenos no piensen en lo que hacen. Lo primordial es la sensibilidad, sin ella la doctrina carece de espíritu creador?, anota en su diario y se dedica a confrontar la  tradición pictórica europea con el paisaje de Misiones.

Pensador autocrítico, tal vez en exceso, fue elaborando su concepción del mundo y del arte, en constante revisión y enriquecimiento, en un diálogo consigo mismo; sus meditaciones, cartas, notas y su diario, fueron reunidos en un libro, ?Reflexiones de un pintor?, su obra medular.

?La emoción fluye de los tintes dependientes de un todo armónico? y en el cromatismo de las obras de Florencia Bohtlingk, Raúl Alejandro Monsegur y Raúl Prieto, con el aura de Horacio Quiroga en  la instalación y performance de Erica Vega y actuación de Leandro Giménez-

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