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Leonardo: un constructor de barcos y sueños

 22/02/2013   6119
Nacido en Paraná, Leonardo vive en el populoso barrio Belgrano, más conocido como La Pasarela, donde divide su tiempo entre la docencia y el diseño de pequeñas y medianas embarcaciones. Casado con Soledad y padre de dos hijas, este compañero de la Administración Pública afiliado a UPCN es Técnico Naval y tiene un astillero donde proyecta grandes sueños y anhela poder ser una empresa en expansión para Paraná y la región. (*)

Leonardo Fernando Zamboni tiene 36 años, y desde hace diez años dicta clases en la Escuela Nº 100 Puerto Nuevo, ubicada en la costa del Paraná de donde egresó. Si bien soñaba con ser capitán de un barco, fue uno de los seis egresados en la primera promoción en la Escuela Puerto Nuevo con el título de Técnico Naval, una profesión con una gran demanda dada su especificidad.

¿Dónde cursante la Secundaria?
En la Escuela EET Nº 100 Puerto Nuevo. Fue una historia muy rara porque se abre la Escuela en 1990, cuando yo comienzo, sin saber bien qué íbamos a salir. Entré a la Escuela del Puerto -como le gusta llamarla-  queriendo ser Capitán de un barco pero recién en tercer año entendimos bien qué seriamos realmente: Técnicos Navales.

¿Qué hace un Técnico Naval?
El Técnico Naval es un maestro mayor de obra de los barcos. Es decir, es como el maestro mayor de obra que hace edificios hasta un tercer piso donde tiene una incumbencia; el Técnico Naval es lo mismo pero en el agua. Nosotros podemos manejar hasta 1000 metros cúbicos por producción, según lo que determina el título. A partir de ahí podemos además hacer controles de obras, trabajar para astilleros, proyectistas, calculistas. Si son obras grandes, son los Ingenieros Navales los responsables. La carrera de Ingeniería Naval en Argentina, únicamente se puede estudiar en Buenos Aires.

¿Cómo surgió la idea de cursar en la Escuela del Puerto?
El ingreso fue por recomendaciones, en un primer momento iba a ir a la Escuela de la Base pero un Capitán de una draga conocido de mi papá  me aconsejó que cursara en la Escuela del Puerto. Nosotros fuimos la primera promoción en egresar, éramos seis.

¿Cómo recordás tu paso por la Escuela?
Hermoso. Cuando me invitaron a ser Docente de la Escuela, después de haber hecho en Oro Verde la especialidad en Analista Programador y recibirme de Profesor de Tecnología en la UADER, les decía a los chicos que disfruten el paso por la secundaria. Dicho y hecho, terminé la secundaria en 1996 con 18 años, siendo abanderado y me llamaron de la empresa Díaz e Hijos -Paraná- para hacer la dirección de obra de un remolcador y una chata ganadera -embarcación para transportar ganado-. Fue una experiencia enriquecedora, era el director de ese hermoso laburo pero a la vez hacía mandados. Estuve tres años trabajando con un amigo.

¿Qué estudiaste en Oro Verde?
Analista en Programación. En realidad quise entrar en Prefectura Naval Argentina, pero se hacía imposible por la cuestión económica; lamentablemente no pude ingresar por una cuestión de salud. Actualmente, en Prefectura hay una oficina técnica que se dice de Conducción Naval, donde hay seis chicos de la Escuela del Puerto trabajando ahí y el inspector de zona del Bajo Paraná es un egresado también de nuestra Escuela.

¿Cuántos estudiantes hay actualmente?
No son muchos en relación a otras secundarias, pero en realidad pasa un poco lo que sucedió cuando yo estudié: uno ingresa sin saber qué es lo que quiere ser; como decía, yo iba con la idea de ser capitán de una nave ?risas?. Organismos como Prefectura y Vías Navegables deberían ocuparse del tema porque son los futuros profesionales de la República Argentina, no sólo de Paraná; no hay otra escuela en el país. La Escuela hace una tarea social muy hermosa, recupera a los chicos de diferentes situaciones porque geográficamente  está ubicada en una zona rodeada por los barrios El Morro, Macarone, Puerto Viejo, Francisco Ramírez. L a mayoría de ellos son recuperados, son gente muy humilde. Actualmente, egresan con la posibilidad de un trabajo, porque el que quiere trabajar te puedo asegurar que consigue.

¿Qué experiencias laborales tuviste y te sirvieron para la profesión?
Principalmente los retos de la gente de Prefectura, de los mayores. Para la construcción de barcos, ?Dios atiende en Buenos Aires? porque la Prefectura en Paraná se encarga de las embarcaciones pequeñas. Cada vez que iba a la oficina técnica en Buenos Aires con una carpetita, me sentaba con un Ingeniero quien me retaba pero a la vez me enseñaba mucho. Te puedo asegurar que después de dieciséis años de profesión sigo aprendiendo, me sigo sentando y me retan. Lo importante es la idea que tenga uno de seguir adelante, de no abandonar. Hoy estoy recogiendo frutos después de sembrar durante años.

¿Actualmente tenés algún proyecto?
Abrí un astillero en San Benito -Paraná Campaña- donde se realizan construcciones menores: piraguas, canoas, tal vez alguna media construcción. Me encargo de hacer los planos y hay dos chicos que se dedican a la construcción. Ya hicimos dos pruebas: dos embarcaciones para ver el producto final.

Si tuvieras que darles un consejo a los chicos que están cursando en los últimos años, ¿qué les dirías?
En la Escuela hay chicos de Paraná pero también de otros lugares, por ejemplo de Chaco. El que está en el tema sabe la herramienta que es tener un Técnico Naval. El chico de Chaco que estudia acá, trabaja con el padre, dueño de un astillero en su Provincia; si quisiera un profesional naval debería contratarlo en Buenos Aires porque no hay. Esto es importantísimo que los chicos de la Escuela entiendan: este es un problema que tienen el Norte y el Sur de Argentina, debido a la falta de profesionales; incluso Paraguay está solicitando profesionales en Buenos Aires.

La tecnicatura la hacés en Paraná, ¿pero para perfeccionarte tenés que ir a Buenos Aires?
La única forma de perfeccionarte es cursar en la Facultad de Ingeniería Naval en Buenos Aires, el otro camino es Prefectura Naval Argentina. Técnico Naval sólo se estudia en Paraná, es la única Escuela en construcciones navales de Sudamérica.

¿Cuáles son tus planes para el futuro?
Siempre tengo ideas locas en la cabeza, me gustaría crecer con el astillero. Hoy no existen en Paraná astilleros en acero, por lo que si hay reparar un barco de los cinco o seis que hay, tienen que llevarlos a Buenos Aires; no hay una dársena o un dique en la Provincia que pueda sacar los barcos; después tenés más chicos que son ganaderos o paleros. En Paraná no hay ningún taller que le pueda brindar una reparación, a mi me gustaría poder hacerlo.
 
Con una energía que entusiasma, Leonardo expresa que dar clases se ha convertido en un hobbie para él. Padre de Ailen de 16 y Lara de 10 años, está feliz de que su hija mayor estudie en la Escuela donde él se formó. "A ella siempre le encantó esta profesión, desde que era chiquita la llevé a los barcos y le  encanta. Ella quiere ser Ingeniera Naval, para mí es todo un orgullo."

Empleado público, Docente, Técnico Naval, padre, hermano, hijo, amigo, compañero. Ésto y mucho más es Leonardo, un afiliado que cada día descubre y añora crecer, demostrarse y demostrarle a su familia que todo se puede, solo se necesitan ganas.


(*) Nota publicada en la revista Nº 22 - Enlace Sindical
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