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MODELO ARGENTINO-GENERAL JUAN D. PERON - CUARTA ENTREGA.

 24/08/2018   1033
2. La situación histórica argentinaSi queremos realizar entre todos un proyecto del país que anhelamos,creo necesario tomar previamente conciencia de nuestra situación actual.Por ese motivo, haré una breve reseña de la evolución histórica argentina enlos diferentes ámbitos.

A) En el ámbito político 

En nuestro país se han dado dos procesos paralelos, íntimamente interrelacionados,que el advenimiento del Gobierno Popular está frenandodecididamente: una creciente intervención externa y una vacilante políticainterna.La intervención externa fue cambiando de forma a lo largo del tiempo,consistiendo sus últimas exteriorizaciones en condicionamientos impuestosa nuestra libertad de decisión.Por su parte, la vacilación política interna fue influida principalmentepor los siguientes factores:

 • Las plataformas políticas no siempre definieron fines conjuntamente conlos medios para alcanzarlos. Esto trajo como consecuencia que los ciudadanoscarecieran de la información completa para ejercer su derecho alvoto y a la crítica constructiva de los actos de gobierno. 
• Se pretendió diluir el poder del Justicialismo, acudiendo a sistemas comoel de la representación proporcional, estimulando el aumento de los partidospolíticos y limitando la relevancia de cada uno de ellos.

 • La proscripción se utilizó para contrarrestar la vigencia de los grandes movimientosnacionales. 
• La violencia fue ejercida para reprimir las corrientes que luchaban por unproceso transformador. 

• El concepto de democracia pocas veces fue especificado con claridad suficientepara que el Pueblo supiese de qué se trataba. 
• El nacionalismo fue declamado al tiempo que se destruía lo autóctono y copiabanapresuradamente moldes extranjeros reñidos con nuestra idiosincrasia.

 • La participación externa en las decisiones que afectaban al país fue creciendoconsciente e inconscientemente. 

Sin embargo, los valores permanentes afloran siempre. En el Pueblo argentinoestaba latente el sentimiento de independencia nacional, que tarde o tempranohabría de provocar el enfrentamiento contra la distorsión del contenidosocial de la democracia y contra la tendencia a la desnacionalización progresiva.La historia se encarga de formular una severa advertencia a quienes pretendendebilitar la vigencia de los valores permanentes de un Pueblo. El intento dedesvío no hace sino demorar el progreso de la Nación, pero no logra impedir esarealización que lleva consigo la supresión de cuanto obstáculo se le interponga. 

En nuestra Patria, siguiendo el proceso natural de maduración política,fue aumentando la participación de los ciudadanos en las urnas. Con ello, las elecciones han adquirido un significado de legitimidad distinto al de lalegalidad: hoy la elección legalmente realizada, pero con alta abstención –cualquiera sea la forma de tal abstención– es legal, pero no otorga un poderlegítimo. 

La legitimidad viene del Pueblo en su totalidad y no solamente deaquella parte del Pueblo que acepta reglas del juego que, como la proscripción,restringen la voluntad popular. Voto con proscripción puede otorgarlegalidad; pero legitimidad nunca.Crecieron también la sensibilidad y la capacidad política al impulso de lamayor participación del ciudadano.Pero esta mayor capacidad de intervención política de la ciudadanía, másallá de su participación en las urnas, fue bastante mal usada. 

Se pusieronfrente a ellas los árboles que no dejaron ver el bosque. Se saturó el panoramapolítico nacional con cuestiones menores, y el ciudadano no llegó a formarseuna concepción general de la problemática nacional que abarca suficientementetodos los campos de sus actividades.Así, el Pueblo fue comprendiendo que no debía permanecer indiferenteante los problemas políticos nacionales y adoptó la decisión de ser protagonistade su historia, rompiendo con los esquemas tradicionales que intentaronrelegarlo a la simple condición de espectador. 

El “cambio” ya no consiste en una abstracción vacía. El Pueblo todo quiereconocer el signo, el sentido y el contenido preciso de esa expresión. Es queel Pueblo advierte con claridad que si el cambio no es nacional, no responderáa sus reales necesidades.Finalmente, cabe una reflexión relativa al poder de decisión: a lo largo denuestra historia, dicho poder se ha ido conformando, tejiéndose una red decompromisos políticos que representan a diferentes intereses.Tales intereses pueden ser internos o externos. Si las alternativas sonneocolonialismo o liberación, y si hemos optado por la liberación, elajuste de ese poder es indispensable para lograr que responda a nuestrosintereses.En lo político, liberación significa tener una Nación con suficientecapacidad de decisión propia, en lugar de una Nación que conserva lasformas exteriores del poder, pero no su esencia. La Nación no se simula.Existe o no existe. 

En síntesis, el problema actual es eminentemente político y sin soluciónpara otros sectores en particular.

B) En el ámbito económico 

El país ha producido siempre en función del beneficio, sin disciplinar cabalmentesu producción en función de las necesidades esenciales de la población.Es indudable que se perdió tiempo y que los recursos no fueron convenientementeutilizados.Sin embargo, en la actualidad tenemos un ingreso por habitante razonablementeelevado y, además, el país se está industrializando aceleradamente. Estarealidad nos permite afirmar que no somos un país subdesarrollado.La distribución del ingreso familiar no es aún la más adecuada y muchodebe hacerse para vigorizarla. En realidad, hacia 1955, se había llegado a unnivel en la distribución y en la participación del salario en el ingreso nacional,que satisfacía las necesidades de la población.

 Desde allí las soluciones económicas siguieron a las soluciones políticas yla participación del salario en el ingreso disminuyó.Es imposible mantener una distribución socialmente aceptable si las decisioneseconómicas no acompañan a la política social que se desea imponer.Cuando las decisiones económicas siguen un patrón inadecuado, la distribucióndel ingreso queda subordinada al mismo, más allá de los buenos deseosde cualquier gobierno. 

En consecuencia, lo que llamamos “Justicia Social”también requiere para su materialización efectiva participación del gobiernoy elevada eficiencia del mismo.Se produjo, por otra parte, un decisivo retroceso en el terreno de lasdecisiones económicas. Hasta 1943, con industrialización incipiente, dichasdecisiones estaban adaptadas a los intereses del campo. Buscamosestablecer un sano equilibrio para promover la industrialización y unaorganización del poder de decisión para nuestro sector industrial. En1955 no se había alcanzado a afirmar la existencia de un empresariadoindustrial argentino como factor contribuyente al desarrollo nacional,pero se estaba en el camino. 

Desde entonces la industria creció con altoapoyo externo, pero el capital extranjero se concentró, en gran medida,en el aporte tecnológico y también en la compra de empresas existentesen el país.Debemos tener en claro que lo esencial con respecto a los objetivos debeperseguir una actividad radicada en el país, en que éstos deberán considerartanto el aporte a la economía nacional como el beneficio del empresario.Esto debe definir una conducta coherente respecto de los interesesnacionales y los del empresariado

Pero si se trata de obtener tantos beneficios como sea posible, consolidandointereses que están en el exterior, los aportes a la economía nacional sealejarán considerablemente de lo que resulta conveniente para el país.En esta materia no basta lograr soluciones apresuradas para las grandescuestiones, pensando que todo lo demás ha de resolverse por sí solo. No bastatampoco elaborar soluciones a medias, tomando decisiones sobre la inversiónexterna sin establecer claramente la actividad en la cual han de insertarse. 

Hayque establecer políticas diferenciales, en todos los campos, y fijar con precisiónsuficiente la forma de preservar los objetivos nacionales.También se comprueba que no hubo una conciencia adecuada sobre lautilización de los recursos financieros del país, por cuanto no se alcanzó adeterminar con claridad si la masa de capital interno disponible posibilitabael desarrollo y la expansión, o si era necesaria su incrementación con el aportede capital extranjero para alcanzar tales objetivos.Igualmente, es necesario tener en cuenta que no existe similitud entreconcentración de capital y concentración empresaria. 

La relación entreuna y otra debe conducirse armoniosamente, de acuerdo con las reales necesidadesnacionales.Analizando el proceso, se ve –en otro tipo de problemas– que cuando unasociedad incrementa el grado de sofisticación del consumo, aumenta a la vez sunivel de dependencia. Esto es, en gran medida, lo que ocurrió entre nosotros.Por un lado, el ciudadano se ve forzado a pagar por la tecnología de lotrivial; por otro, el país gasta divisas en un consumo innecesario.Pero a la vez, es impostergable expandir el consumo esencial de las familiasde menor ingreso, atendiendo sus necesidades con sentido social y sinformas superfluas. 

Esta es la verdadera base que integra la demanda nacional,la cual es motor esencial del desarrollo económico.El proceso económico ha mostrado, además, que el país acumula másahorro del que usa. En otras palabras, que lo que gana con sus exportacionesexcede a lo que necesita gastar a través de sus importaciones y otros conceptos.No obstante ello, tal posibilidad fue insuficientemente explotada, ya que,a la par de incrementar la deuda pública, no se logró el desarrollo nacionalrequerido por el país.Tuvimos todo tipo de experiencias en este sentido y ahora, entre otrascosas, sabemos combatir establemente un mal como la inflación. Pero ellose consigue sólo cuando hay capacidad política para usar el remedio naturaldado por una política de precios e ingresos.

Es evidente, que las “recetas” internacionales que nos han sugerido bajarla demanda para detener la inflación no condujeron sino a frenar el procesoy a mantener o aumentar la inflación.En esta cuestión no se acertaba con la solución adecuada. Por épocas sebajó la demanda pública a través de la contención del gasto –olvidando elsentido social del gasto público– ; se bajó la demanda de las empresas a travésde la restricción del crédito –olvidando también el papel generador deempleo que desempeña la expansión de las empresas–; y se bajó la demandade los trabajadores mediante la baja del salario real. 

Pero como al mismo tiempo no se adoptaban las medidas para que todosparticiparan en el sacrificio, en definitiva fueron las espaldas de los trabajadoreslas que soportaron el peso de estas políticas de represión de demandapara combatir la inflación que el país aceptó, y que repitió, aunque su ineptitudquedó bien probada por la propia historia.Es ésta una experiencia muy importante derivada de nuestro proceso; ypuesto que necesitamos evitar la inflación para seguir adelante con auténticaefectividad, debemos tenerla permanentemente en cuenta.

 Por otra parte, se puede ver que hubo una insuficiente utilización derecursos, especialmente del recurso humano, que ha sido deficientementeincorporado en los últimos lustros, de acuerdo con la evidencia surgida delas tasas de desempleo. Lo mismo aconteció con el recurso formidable quesignifica el capital intelectual, científico y técnico nacional, emigrando porfalta de oportunidades de trabajo en el país.A esto se llegó por carecerse de planificación, ya que cuando se planifica adecuadamente,puede lograrse una utilización total de los recursos disponibles. 

Para que la planificación sea efectiva no bastan los planes de mediano olargo plazo. Las decisiones concretas de política económica requieren tambiénplanes de corto plazo, que deben ser los reales propulsores de la actividad. Através de ellos la coyuntura puede ser manejada en función de un verdaderovalor de instrumento para conducir la economía en el mediano y largo plazo.Establecida la planificación en tales términos, es posible actuar realmentecon la eficiencia necesaria para lograr la mayor parte de la expansión físicaque el país debe producir año a año.En gran medida, en los últimos lustros, nos hemos manejado con nombresy no con programas; y –salvo en algunos períodos que deben ser rescatadospor la seriedad de conducción– la política que resultó fue de netocorte liberal.

La conducción en el campo económico está en excelentes condiciones paraalcanzar sus objetivos cuando su contexto aparece definido en programasde acción claramente concebidos.En última instancia, la experiencia de lo que hace a la planificación eneste campo es también definitiva; el gobierno en lo económico no tiene otraforma de conducirse. La planificación es consecuencia necesaria de la organizacióne instrumento para la conducción concreta...

CONTINUA.
SECRETARIA DE LA JUVENTUD CDN UPCN.

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