Igualdad de Oportunidades

25 de Noviembre Día de la NO Violencia - Nota 6

 17/12/2013   2849

¿Quiénes son las víctimas?

 

Las víctimas pueden ser hombres y mujeres que se encuentren  en una situación desfavorable dentro del ámbito laboral que los hace más vulnerables. Podemos ser cualquiera de nosotras o nosotros.

 

Las mujeres la padecen en mayor proporción debido a que en su mayoría ocupan puestos no jerárquicos o de menor calificación y aún en puestos jerárquicos no tienen poder de decisión y como todo acto de violencia es abuso de poder el que lo tiene en mayor  medida lo ejerce contra el que no lo tiene.

 

Existe una discriminación negativa basada en el sexo, que ha producido en el devenir histórico la "naturalización" de la violencia de género, ligada a pautas culturales de sumisión y estas mismas pautas se reproducen en el ámbito laboral.

 

En condiciones de precariedad e inestabilidad del empleo, tanto hombres y mujeres se ven sometidos a injustas situaciones de violencia laboral por la sumisión por el derecho al pan, que es la peor de las sumisiones y se da en forma igualitaria en hombres y mujeres.

 

Recientemente los hombres trabajadores han podido denunciar hechos de violencia sin sentirse indignos, débiles o flojos, en contra de las pautas culturales de las que ellos, en este caso, también son víctimas por género.

 

Los trabajadores la sufrimos debido a las situaciones de inequidad que se viven en el ámbito laboral.

 

La estadística de casos registrados en la Secretaría de Igualdad de Oportunidades y de Trato y nuestro conocimiento de la problemática, nos indica que la violencia laboral se da con mayor frecuencia en las mujeres.

 

Nuestras campañas de sensibilización y concientización de esta problemática están dirigidas a todos los trabajadores y empleadores; realizando además campañas específicas para las mujeres.

 

 

Las Consecuencias

 

La violencia laboral genera temor a las represalias y muchas veces este temor se convierte en un terror ciego que inmoviliza la acción y el pensamiento del trabajador o la trabajadora afectando profundamente su rendimiento y su salud socavando su integridad, su dignidad y su libertad, convirtiéndose en un ser más vulnerable y con un grave sentimiento e inseguridad.

 

La situación es vivida en silencio, sin decírselo a nadie, muchas veces no pudiendo el mismo trabajador "ver" la situación, no pudiendo ver que el superior/a es un trabajador igual que él, un asalariado igual que él, que recibe su paga del mismo presupuesto que él y que tiene asignado, como él, un número de legajo y un número de CUIL y además tiene un plus por la responsabilidad que ejerce. Sólo por la responsabilidad.

 

Lo que podemos observar como manifestación de esta situación es: ansiedad, irritabilidad, tensión, depresión, desgano, abulia, incapacidad para concentrarse, alteración de la productividad, dolores de cabeza, fatiga mental crónica y otros indicadores que transmiten extenuación en el trabajo, enfermedades de origen psicosomático recurrentes (trastornos gatrointestinales, alergias) autodesvalorización, ausentismo como única forma de mitigar los padecimientos ? elemento que se vuelve en contra  del trabajador/a ? reducción de la calidad del trabajo producido, clara percepción de ser una víctima cautiva, abandono físico y estético, accidentes en el manejo de material o instrumentos a su cargo, entre otros.

 

La misma violencia genera patologías como la carga psíquica, produciendo severos trastornos en la concentración, la atención, la ubicación temporo - espacial, llegando en grado extremo a producir un daño psíquico.

 

Estos trastornos se producen en forma silenciosa y constante. Silenciosa: no se puede precisar claramente el origen. Constante: en el trabajo y fuera de él, la situación no deja de perturbar  la vida del trabajador/a.

 

Según nuestros registros frente a situaciones de violencia  el trabajador/a comienza a no concurrir al lugar de trabajo, efectivizando licencias pendientes que no se animaba a tomar o tomando licencias por problemas de salud, terminando con licencias por largo tratamiento.

 

Esta situación trastoca gravemente la vida laboral, familiar y social del trabajador/a, extendiéndose al hogar el padecimiento y sufriéndolo la familia toda, más aún los hijos que conviven en el hogar con esta situación.

 

Así los trabajadores, que son parte de la ciudadanía de la nación, trasladan esta desmotivación laboral a una marcada y creciente desmotivación social, replegándose cada más sobre su ámbito privado, automarginándose del mundo gremial, cultural, etc., abandonando toda lucha, afectando así a la comunidad toda.

 

 

Las Represalias

 

Las represalias son una respuesta concreta, clara y contundente a la negativa del trabajador de continuar tolerando la situación de violencia. Son venganzas personales del superior que abusa  del poder que le fue otorgado en el marco de una relación estrictamente laboral y lo ejerce en contra del trabajador/a.

 

Según nuestra experiencia, las represalias  pueden ser: restricción en permisos, licencias, horarios, horas extras, salarios, traslados con alguna excusa o ninguna explicación, calificaciones que bajan el puntaje o la eficiencia laboral sin antecedentes reales que lo justifiquen; "borrar" al trabajador de la escena con pases transitorios y o permanentes en forma compulsiva; trato vejatorio delante de los compañeros, negar el acceso a la capacitación, entre otros.

 

Se utilizan como abierto y público ?escarmiento? a manera de ejemplo para el resto del personal. Intimidando a la víctima; produce el "ostracismo" de la persona, impidiendo que se comuniquen o mantengan vínculo de ningún tipo con él los demás compañeros/as.

 

Otras formas de intimidación: llamados al domicilio particular, charlas en voz alta sobre lo que "va a hacer" si alguien se "queja"; daño o sabotaje en la tarea que realiza el asediado, desvalorización permanente de su tarea; aumento del maltrato deliberado. Degradación de las tareas realizadas correctamente; presión para que renuncie al trabajo.

 

Amenazas permanentes de despido como expresión de su máximo poder: ...ojo, que si abrís la boca, te puedo rajar... en esta situación del  país, "fíjate la edad que tenes " donde vas a encontrar otro empleo?. Intimidan al trabajador/a para que no denuncie a la Organización Sindical.

 

Las represalias generan temor en el conjunto de trabajadores que muchas veces es cómplice, en el silencio, cómplice en el dejar hacer, cómplice por inacción, rompiendo lazos solidarios con la víctima.

El trabajador solo, es más vulnerable y se somete al abuso de poder. No puede visualizar el peso del Poder Colectivo de la Organización Sindical que es la única que le garantiza que sus derechos no sean avasallados.

 

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